«Desaparecí de la pantalla al ganar el PP, y no por motivos laborales»

Elena Sánchez es uno de los rostros más conocidos de los Telediarios de la cadena pública. Hace 20 años comenzó a trabajar en estos espacios y se convirtió, a mediados de los 80 junto a Luis de Benito, en la primera pareja que los presentaba. Después vendrían otros hasta llegar a Alfredo Urdaci y Letizia Ortiz, los últimos que lo hicieron a diario. De aquellas audiencias de 14 millones de espectadores ha pasado a la tercera edición del informativo, «donde es muy difícil tener audiencia fiel porque no hay horario fijo». -¿Cómo fue formar parte de la primera pareja de presentadores del «Telediario»? -Fue estupendo. Con Luis de Benito aprendí muchísimo, porque tenía una gran capacidad de trabajo y de comunicación. Y era un compañero muy divertido. -En 1996, el PSOE pierde las elecciones y usted deja el «Telediario». -Desaparecí de la pantalla cuando ganó el PP y no precisamente por criterios profesionales. Fui de subdirectora y presentadora a un informativo en el Canal Internacional. Después estuve tres años en el Canal 24 Horas haciendo los boletines de la mañana y el último curso fui reportera y presentadora de Crónicas . -¿Que horario prefiere? -Estoy más hecha a la mañana, a lo que sucede de una manera inmediata y rápida. Me gusta mucho el Telediario de las tres de la tarde porque está muy vinculado a la actualidad. El de madrugada es un reto, tiene que ser muy rápido para no dormir al espectador. -Pero los contenidos informativos son los mismos... -Cada Telediario es distinto, porque sus espectadores tienen diferente actitudes cuando se sientan ante la pantalla. El primero viene dado, el segundo es más de análisis y en el tercero es muy importante el tono. -¿Le preocupa la audiencia? -Es reflejo de que interesamos. Sales en la tele y quieres que te vean, que tu trabajo no sea clandestino, y las audiencias reflejan hasta dónde interesas. Pero no es el único criterio, ni debe ser el único o el más importante en una televisión pública. -¿Ve a la competencia? -A esas horas no. Solemos irnos antes que ellos. Ni siquiera sé quienes los hacen. -¿Es consumidora de noticias? -No puede ser de otra manera entre los que nos dedicamos a esto. Es como una forma de vida. Te levantas con la radio, desayunas con el periódico y vas con el transistor a todas partes. Mi hija de nueve años dice que no va a ser periodista porque es un rollo estar todo el día con las noticias. -¿Ha cambiado mucho el «Telediario» desde que empezó? -Trabajamos con más libertad. Antes sabía que había cosas que teníamos que contarlas de determinada manera o que la última palabra siempre la tuviera el Gobierno. Ahora no sucede esto, incluso la última palabra la tiene la oposición. Era un modo de hacer, así lo entendías, aunque no fuera una exigencia del poder. Sin embargo ahora nadie te dice cómo hacerlo, lo cuidas mucho y te exiges mucho, con un lenguaje muy natural. -¿Cual fue la mejor noticia y la peor que ha dado? -La mejor fue el 16 de noviembre de 1986, cuando en la plaza de Cataluña anuncié que Barcelona iba a ser la sede de los Juegos de 1992. Las peores son todos los atentados de ETA. -¿Qué ve en televisión? -Aparte de los informativos sólo veo cine. De ficción, la única que me ha conseguido enganchar es 7 vidas y de las nuestras, Mujeres desesperadas .