Julio de Prado narra hoy cómo Froilán pasó «de eremita a santo»

A todo el mundo le suena el nombre de Froilán, santo íntimamente ligado a las regiones del Noroeste, patrón de la diócesis de León y de la ciudad de Lugo. Así, para algunos, tan sólo es sinónimo de fiesta, morcilla y chichos aquí y pulpo con cachelos allá. Pero la vida del santo obispo fue sorprendente y llena de vicisitudes: hoy, el historiador y colaborador del Diario de León Julio de Prado Reyero se adentra en la apasionante biografía de uno de los grandes santos del viejo reino. Es la tercera de las conferencias del ciclo San Froilán y su tiempo , que organiza Pro Monumenta y que conmemora los mil cien años del ascenso al episcopado legionense de tan ilustre personaje. Nacido en el barrio lucense de Regueiro dos Hortos en el año 832, en el seno de una familia acomodada, se educó en la Escuela de la Catedral de esa ciudad. A los 18 años se retira a orar en soledad, alternando la vida eremítica con la predicación popular. Para ello se va trasladando poco a poco hacia el Este, primero a la Gruta de Ruitelán, en el Bierzo, y después a los Argüellos o montaña central leonesa, fijando su residencia en Valdorria. Después, y a petición del obispo de León, desciende con el presbítero Atilano a Valdecésar, donde funda su primer monasterio, regido por la Regla de San Benito. El rey Alfonso III llama al ya abad Froilán a su Corte de Oviedo para pedirle colaboración en la repoblación del valle del Duero. Y así, funda en Tábara (Zamora) uno de los más famosos monaterios benedictinos de la Edad Media. Será posteriormente, en la primavera del año 900, cuando muera el obispo de León, Vicente, y el pueblo pida al monarca que escoja a Froilán como nuevo pastor. De esta manera fue consagrado obispo en la fiesta de Pentecostés. Santificación inmediata Según señala la organización de estas jornadas, San Froilán es uno de los grandes obispos medievales: pastoreó «muy celosamente» la Iglesia de León y entregó su alma el 5 de octubre de 905, «siendo llorada su muerte por todos los leoneses, que inmediatamente le declararon Santo y Patrono de la diócesis por aclamación popular». Julio de Prado Reyero, nacido en la localidad montañesa de Sahelices de Sabero, estudió en el Seminario Conciliar San Froilán de León. Ha desempeñado numerosos cargos pastorales en la diócesis, entre ellos el de Arcipreste de Rivesla o Vicario Episcopal del Nordeste. Es párroco de Sabero y autor de obras como Cistierna y su comarca , o El Santoral Leonés y la Virgen de Pereda y Argovejo , además de múltiples colaboraciones en el Diario y en otras publicaciones. Mañana a las 12.00, en la Casa de las Carnicerías, se inaugurará la gran muestra sobre San Froilán. Hora: 20.00. Lugar: El Albéitar (calle Luis de Sosa).