¿Una broma de Carmen Calvo?
El escritor mexicano Sergio Pitol, de 72 años, recibió asombrado y «con una felicidad inmensa», la noticia de que era el ganador del premio Cervantes 2005, un reconocimiento que le hace sentir que su obra «ha tenido sentido». «Estoy apenas sintiendo que mi obra realmente ha tenido un sentido, (...) yo ya había recibido el premio Juan Rulfo (1999) y el Herralde de novela (1987), pero eso se queda chiquito ante la majestad del Cervantes», apuntó eufórico el autor de Juegos florales. Sergio Pitol, nacido en el central estado mexicano de Puebla en marzo de 1933 y radicado en Veracruz , casualmente ha trabajado todo este año con Miguel de Cervantes, por el cuarto centenario de la publicación de El Quijote. «Yo no soy cervantista de pura cepa, pero he estado leyendo mucho sobre Cervantes, estudiándolo». El escritor subrayó que el premio, considerado el Nobel de las letras hispanas, «parece como la coronación de todo este año en el que he estado metido en la vida y obra del genio de Cervantes». Miembro del servicio exterior de su país desde 1960, consejero cultural de las embajadas mexicanas en Francia, Hungría y Polonia, el escritor pensó que «algún amigo o enemigo» le estaba jugando una broma al anunciarle que se hizo acreedor al premio. «Estaba yo durmiendo y recibo el telefonazo, me dijeron que era la ministra de Cultura de España, Carmen Calvo. Al principio creí que era una broma, hasta que me di cuenta de que sí era verdad, fue una felicidad inmensa». Pitol se expresaba así poco antes de recibir una llamada del Rey de España para felicitarlo por la obtención del galardón. Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, pero dedicado a las letras y a la cultura desde muy joven, el autor valora de manera especial su novela Juegos florales, no sólo por el éxito de la narración, sino porque fue uno de los trabajos que más le costó.