«El amor no entiende de algo como el sexo o la raza»

La próxima semana, Hospital Central emitirá el capítulo en el que Maca (Patricia Vicó) y Ester (Fátima Baeza) contraen matrimonio. Es el primer enlace entre dos mujeres que ofrece la ficción española, y ambas actrices intentan dar la máxima credibilidad a sus personajes, conscientes de su responsabilidad, según explica Fátima Baeza. Esta madrileña, de 32 años, que lleva mucha carretera a sus espaldas con las giras de teatro alternativo, dice enfrentarse a su papel más bonito, el de una historia romántica al que intenta concederle toda normalidad. -En los primeros capítulos de la serie su personaje era heterosexual. Tal vez el salto dado sea un riesgo y al público le resulte poco creíble... -A los guionistas les pareció interesante plantear ese giro. La historia está muy bien escrita, el proceso de comprobar cómo Ester se va enamorando de Maca. No sé si pasa de ser heterosexual a homosexual, pero sí que se enamora de una mujer. El enfoque era contar una historia romántica, de dos mujeres que se conocen y se quieren. A Ester le pega un cambio la vida, se siente mucho más feliz. -¿El cambio ha dado un impulso a su personaje? -Ha sido bueno porque utilizas otro registro como actriz. Ester era antes más seria, había sufrido mucho con sus ex novios, había tenido una historia fallida con Rusti (el enfermero), otra con un paralítico... Eran relaciones duras. Ahora, el enfoque es el de una comedia romántica. La apuesta era arriesgada pero estamos todos contentos con el personaje. -¿Lo que le ha pasado a Ester en la serie puede ocurrir en la vida? -Sí. A raíz de interpretar este personaje he recibido muchas comunicaciones de personas que han pasado por ese cambio. Hay muchos casos y parece que el amor no entiende de sexos o de la razas. -Su personaje, además, es muy sufrido. Carga con la incomprensión de muchas personas, como los padres de Maca. -Se trata de contar que si quieres a alguien intentas que no sufra la otra persona y piensas que tú puedes con todo. Esa es la actitud de Ester. Es una manera de querer, que muchas veces no es la apropiada porque trae secuelas, pero existe en la vida. -¿Trabaja mucho este ensamblaje de personajes con su compañera, Patricia Vicó? - Tenemos mucha comunicación. Las dos teníamos claro que queríamos contar una historia de amor y hemos intentado definir bien los caracteres, para que se vea el contraste de las dos y sus afinidades. Hablamos mucho de los textos, examinamos lo que queremos contar en cada secuencia y tenemos mucha complicidad. Sabemos que tenemos una historia importante entre manos, que es una responsabilidad porque habitualmente no se habla de relaciones de mujeres, y queremos que muchas personas se sientan reflejadas, de manera que procuramos hacer la historia lo más real posible. -¿Cómo cree que se acepta en España estos matrimonios? -No se ha producido más cambio que legalizar situaciones, porque muchos homosexuales ya vivían juntos. Se ha vivido entre un existes pero no mucho y ahora se declara que esas relaciones son legales. Hay un sector que no está de acuerdo, pero siempre hay controversia ante lo nuevo. Y también a otras muchas personas les es indiferente. Hay gente para todo. Pero yo no he recibido nada negativo y la gente por la calle me comenta que es una historia bonita. -¿Tiene algo en común con Ester? -Sí y no. Ella es tan noble, tan sufrida... Ester es más seria y yo me encuentro más risueña. -¿Ester es su papel de mayor trascendencia en su carrera? -Sí, porque hasta ahora he hecho personajes episódicos en series. El más largo fue en Farmacia de guardia , siendo muy jovencita, hacía de novia de Quique, una chica que llevaba aparato en la boca y se quedaba enganchada con él cuando se daban un beso. Yo procedo del teatro, pero siempre me he involucrado en obras alternativas.