INTERFERENCIAS
El disco
DEL AÑO. Así llamaron en La Primera al especial de tres horas para el prime time del martes: El disco del año , coartada perfecta para singularizar una oferta que en la competencia era canónica. Cubrían así el hueco dejado por Abuela de verano . La pública está en su derecho de montarse la fiesta a su manera en base a lo que últimamente parece funcionarle bien: música, premios con el recurso al teléfono y los mensajes (para hacer caja), y finalmente un motivo para justificar el programa. De paso, las discográficas contentas por echarles una manita con los numerosos aspirantes, que la tele tira del consumo. Aquí de un sector machacado por la piratería. Se ajusta al código de TVE en cuanto a mantenerse en la raya y en una línea inocua y agradable para todos los públicos. Como se trataba de votar, recurrieron a famosos y a gete anónima, que debían elegir entre Bebo Valdés y El Cigala, El canto del loco, Juanes, Shakira, Tamara, Sabina¿ Sin renunciar al toque nostálgico, que practican con ventaja al tirar de su nutrido archivo. Los Chichos y Concha Velasco fueron algunos de los homenajeados. Incluido el guiño de preguntar a los Alcántara por su música preferida, optando estos por Escobar, Mocedades o Waldo de los Ríos. Natural, viven en los setenta. Sin duda, programa para olvidar. La Primera confirma su apuesta por un target heterogéneo y difuso, que por lo visto les da resultado.