Diario de León

| Entrevista | Juan Pedro Aparicio |

«La autonomía debería volcarse con León mucho más de lo que promete»

Tras seis meses al frente del Instituto Cervantes londinense, el autor leonés asegura que la lengua española «es un fenómeno imparable», pero sufre por un León que ve «avejentado»

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Paco Alcántara - león
León

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El escritor Juan Pedro Aparicio (León, 1941) lo tiene claro: «el español es un fenómeno imparable». Lanza esta afirmación tras cumplir seis meses como director del Instituto Cervantes en Londres y convencido de que es un patrimonio al que hay que sacarle partido. Aunque reconoce que su nueva responsabilidad le absorbe totalmente, ya tiene en mente una nueva novela y a principios del año que viene publicará un libro de microrelatos. -Su próximo libro nace de una apuesta... -Se titulará La mitad del diablo y saldrá en febrero próximo. Son relatos pequeños, yo los llamo «cuánticos». He escrito 333, pero ahora no los voy a publicar todos, porque el editor y yo llegamos a la conclusión de que producían fatiga en el lector. Aunque pueda parecer paradójico, por ser pequeñitos y leerse de un solo vistazo, provoca cierto rechazo, porque exige entrar en un mundo nuevo cada vez. -¿Por qué 333 microrelatos? -Fue una especie de apuesta en una reunión con escritores y críticos. Me propuse una maratón con esta cifra, como ejercicio literario. Emular los talleres literarios franceses que eran capaces de realizar 99 versiones de una misma obra. -Y, ¿para cuándo una nueva novela? -Estoy trabajando en una de la que sólo llevo medio folio y, curiosamente, es la que más tiempo llevo pensándola. Tiene algo que ver con Inglaterra y con el siglo XVIII y quizás porque sea histórica es por lo que me resisto a meterme en ella, sería la primera vez que hiciese algo enmarcado en una época concreta. -Tras seis meses como director del Instituto Cervantes en Londres, ¿qué análisis hace de la situación del español? -He encontrado un gran interés por la cultura española. Hay mucho trabajo, pero la tarea es hermosa y se obtienen recompensas, porque el español, aunque nosotros mismos no queramos verlo, está de moda en el mundo y hay un aprecio muy grande por la creatividad española. Todo esto en un país muy difícil como es Inglaterra, porque allí la gente no habla español, pero lo quiere aprender. -¿Cómo enfoca su labor? -Yo pretendo que esa demanda de español y de atención a la cultura española alcance la mayor fluidez posible. Ayudar a que el conocimiento de todo lo referente al español sea un excelente interlocutor en el mundo británico. -¿Se puede hablar con propiedad de una «Industria del español»? -Absolutamente. Dentro de diez años se verá. Viví en Inglaterra hace muchos años y entonces no existía ningún interés por el español. La demanda actual es tan universal que la mayoría de los padres de los escolares quieren que sus hijos aprendan español por encima del francés y del alemán. Sin embargo, no hay maestros que sepan español, aunque algunos se están reciclando. No nos damos cuenta, pero la impresión que yo tengo es que no lo valoramos lo suficiente y yo allí veo que aquello es imparable. El español es un fenómeno imparable. -¿Existe curiosidad en Inglaterra por los escritores españoles contemporáneos? -Ese interés se encuentra aún en pañales. A los británicos les llama la atención Javier Marías, que cuenta con un marchamo de autor de gran calidad. El resto, son los éxitos del momento, que los editores intentan llevar a las librerías. -¿Habrá una segunda generación de autores leones, tras la que conforman usted, Luis Mateo, Pereira, Merino y Trapiello? -Me encantaría, Aquí en León hay buenos escritores jóvenes. Nosotros estábamos como la cuerda del arco, que se estaba tensando durante la vida de Franco y cuando se murió se soltó la flecha que somos nosotros. Aunque aparecimos mayores, con más de 40 años, la juventud se nos robó. Ahora hay más naturalidad para surgir, hay gente joven que despuntará en su momento, porque la literatura necesita de maduración, un poco de decantación. -Y, desde la distancia, ¿cómo ve ese León del siglo XXI? -Lo veo en crisis. Salvo históricamente, nunca ha tenido una gran importancia política, ahora creo que la tiene menos, el único facto positivo es que el presidente del Gobierno es de León. Su trabajo lo enjuiciaremos al final de su mandato. Las circunstancias no han ayudado a León. La UE, tan beneficiosa para España, ha sido muy perjudicial para León. Está perdiendo población, se está avejentando y hay un desánimo grande. -¿Atisba soluciones? -En León las autoridades autonómicas tenían que volcarse más de lo que dicen. Mucho más, porque León, que hubiera podido ser mayor que Navarra, es ya menor y el futuro de Navarra no tiene nada que ver con el negro presente de León. Eso hay que tenerlo en cuenta. -¿Debe regresar Sabino Ordás, el intelectual apócrifo creado por usted, Mateo Díez y Merino? -Sabino no ha muerto, está muy mayor. Él es un humanista, y si fuera necesario hablaría. A él le afecta bastante la dispersión en la que vivimos algunos de sus amigos. Está expectante.

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