Cosas y «cositicas» de laintensa vida maragata

Aquel republicano Faro Astorgano de 1903, fundado por Porfirio López, tuvo que esperar a la monarquía, hasta 1980, para volver a soltar tinta escrita que contara la vida de Astorga. Y en concreto, a una copa de más y 50.000 pesetas, como explicó ayer el periodista Félix Pacho Reyero. Las cosas y cositicas de la ciudad maragata, como resumió su actual alcalde, Juan José Alonso Perandones, volvieron entonces a ser narradas para que el astorgano militante comprara su periódico como algo propio. Ayer, en Madrid, en la Casa de León, en donde precisamente se refundó hace 25 años, se celebró un cumpleaños que huele a linotipia y a recuerdo con el futuro como única y viable arma. La noticia de hoy es que mañana El Faro sigue. Una exposición de portadas históricas adorna la Casa como un salto en el tiempo de la vida de la comarca y de León, el todo en esta particular aventura de la prensa y la literatura astorgana. Contaba en primera El Faro , el 11 de octubre de 1980: «Martín Villa comerá el domingo un cocido en Castrillo». En el mundialista 1982, un 27 de agosto, conmemoraba: «Homenaje al poeta astorgano Leopoldo Panero». O anunciaba, de última hora, el 21 de junio de 1994: «De forma repentina, en la mañana de ayer, murió el obispo de Astorga, monseñor Antonio Briva Mirabent». Y, como no podía ser menos, en otra primera para hacer historia, un 1 de agosto, confirmaba lo esperable: «Astorga ya tiene obispo». En este periódico, que a la vieja usanza para un día a la semana, cabe lo cotidiano con lo trascendente, que es lo que vinieron a explicar los encargados de presentar el 25 aniversario. Como si El Faro necesitara estar a la altura celestial de la ciudad bimilineria y, también, del suceso de ayer, que es el que compone la intrahistoria. Por eso, aunque Rafael Álvarez, presidente de la Casa de León; Gerardo García, presidente de la junta de Fundadores del periódico astorgano; Ricardo Magaz, coordinador de las exposiciones organizadas con motivo de la conmemoración, o José Bernardo Díez Rodríguez, explicaron con conocimiento de causa y cercanía lo que supone para León El Faro Astorgano , llegó Félix Pacho Reyero, que estaba en un discreto último plano, para explicar que la historia es un minuto: «El día en que se decidió refundar este periódico, aquí en la Casa de León, yo creo que tenía una copa de más», explicó el mítico periodista de Calzadilla de los Hermanillos. Era una copa de fiesta porque le acababan de nombrar corresponsal de EFE en Centroamérica y el Caribe, tal y como narró ayer. «Yo, que nunca he tenido dinero, puse 50.000 pesetas, porque los que tenían mucho parecía que no se decidían». Lo contó desde la última fila, lejos de los protagonistas, porque, como explicó, aunque es geográficamente lejano a Astorga, siente la ciudad como algo muy cercano y sentimental.