León recibe a uno de los maestros actuales de la pintura española
Vega Osorio y su hija Verónicaexponen sus obras en Arte Lancia
«Mi padre tiene la culpa de que me dedicara a la pintura. Desde pequeña he jugado con pinceles»
Vega Osorio, uno de los grandes maestros de la pintura española contemporánea, llega estos días a la galería Arte Lancia con sus cuadros y con el compromiso añadido de presentar, de apadrinar, la obra de una artista emergente, de su propia hija, Verónica Vega Osorio. Comenta el artista que «parece lógico pensar que el hijo de un pintor se sentirá atraído por esa profesión. Toda una infancia en el estudio hará que los juegos se conviertan con el tiempo en ese misterio que llamamos vocación. Es para mí un privilegio introducir la obra de una pintora que creo que tiene un gran talento y un gusto exquisito¿ y que, además, es mi hija». Verónica pinta un mundo onírico que encuentra en los rincones más olvidados y minúsculos de la naturaleza. «La mayoría de mis cuadros son muy pequeñitos, porque es el formato que más me gusta para trabajar. Todos ellos han pasado por la censura de mi padre antes de salir a la luz, solamente si le gustan tienen el pasaporte para dejar el estudio y exponerse. Si no le gustan, mueren abducidos por las sombras». Mariposas, livianos jilgueros, delicadas piezas del mosaico natural, tienen vida propia en la obra de esta joven pintora. «Lo que mas me gusta se este mundo es la naturaleza. Lo que intento con mi pintura es reflejar en el lienzo mi visión de las cosas. Parto de un fondo abstracto, para después tratar las figuras con una cuidada figuración. Creo que puede definirse como nueva figuración, incluso yo lo llamaría realismo mágico, aunque con ciertos matices que lo diferencian». Técnicas misteriosas Para retratar en el lienzo su peculiar visión del mundo natural, Verónica emplea técnicas misteriosas que le han transmitido viejos maestros, entre ellas un complicado empleo de ceras que dotan a sus obras de maravillosas texturas. «Intento ver las cosas a través de una lente mágica, desde un punto de vista diferente, preciosista, fijándome en los detalles más pequeños. En un momento en el que la mayoría de las personas están encerradas detrás de los muros de hormigón de las ciudades, estos temas, esta pintura, es como una evasión, como una bocanada de aire fresco. Al menos eso es lo que intento trasladar al espectador». Reconoce Verónica que la figura de su padre ha tenido mucha importancia a la hora de inclinarse por esta profesión. «Mi padre tiene una gran culpa en mi decisión de dedicarme a la pintura. Desde pequeña he jugado con pinceles y pinturas y desde muy niña me llevaba una y otra vez a visitar el Museo del Prado, que casi me aprendí de memoria, eso es algo que no está al alcance de la mayoría de la gente». Horario: de lunes a viernes, de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00.