INTERFERENCIAS
Rocío
QUE perdone la cantante de Chipiona, pero tres horas de especial Rocío ¡¿siempre! en La Primera, fue un empacho más que un homenaje. Y habrá más, que el 10 de enero ofrecerá una entrevista en profundidad con ella a cargo de Jesús Quintero en el estreno de El loco de la colina . Esperemos que no la lleven a ¡Mira quién baila! , de actriz invitada a Cuéntame o a que nos prepare unos pezcaíto frito en Vamos a cocinar¿ con José Andrés . Ya en serio, una tele pública debiera administrar mejor sus tiempos para evitar falsas percepciones. Cualquiera diría que la señora Jurado es nuestra María Callas o casi, o una Frank Sinatra con pechos, o casi también. Haber sufrido un grave percance de salud, como miles de ciudadanos anónimos, no la exime de rendirse al circo del corazón marrón con todas sus consecuencias. Ni en su mal ni en su posterior convalecencia apostó por la intimidad. Esta gente, por mucho arte que esgrima, necesita de los flashes y de las cámaras para vivir. Pertenecen a la rara especie de los mediatófagos , que no mediáticos¿ Hay impudor en estos especiales. Sus invitados la elogiaron al límite del baboseo y ella les correspondía en un grado menor para no ceder protagonismo. A mayores, gestos y muecas a la antigua, de posguerra casposa, anacronismos del XXI. Un formato caduco al servicio de un target convencional del que La Primera se siente cautiva.