¡Agur, China!

NO ES fácil TVE porque se tomó muy en serio lo del código de las buenas maneras y sus aledaños. Es complicado para quienes llegan con sus formatos desde las televisiones periféricas, más abiertas a la libertad de contenidos y más permisivas con quienes desean innovar o transgredir, o para quienes simplemente intentan ser como son, con sus defectos o virtudes. Para muestra el ya defenestrado Made in China o el a punto de caerse Ruffus & Navarro , ambos en La Primera. Seguro que en las privadas se habrían desmelenado y arañado unos puntos de audiencia a mayores, simplemente pasándose de la raya con unas pizcas escatológicas. En ETB-2, el humor de Vaya semanita iba en clave más local, arreaban estopa y se reían hasta de su sombra. Arrasaban en Euskadi. Cuando, con Óscar Terol a la cabeza, aceptaron la llamada de TVE, de sobra sabían que ya no sería lo mismo, entre otras cosas por aquello de la España plural y que no es fácil arrancar la carcajada por igual a un andaluz, a un gallego o a un catalán. Parecerá simpleza, pero Made in China no cuajaba pese al esfuerzo de guionistas y actores. Para colmo entraban en el prime time del viernes cuando por malévola coincidencia a casi todas las cadenas se les daba por la parodia, el chiste y el gag. Ellos no supieron (o no pudieron) pasar de lo concreto a lo universal. Les faltó aire y les sobró presión.