Adiós a Navarro

ESTUVO profesional en su adiós del jueves. Reconoció Pepe Navarro que Ruffus & Navarro no funcionó, que intentaron hacerlo de la mejor manera, agradeció su fidelidad al poco más de medio millón de espectadores que le seguían y renunció a hacer autocrítica, que habría quedado estupendo. TVE le puso el tope en el 16%, razonable para un late night que en La Primera nacía con las suficientes cortapisas para no ajustarse a lo esperado del polémico Navarro, aquel que abriera las puertas a la telebasura en Esta noche cruzamos el Mississippi (Tele 5), para entrar después en una deriva que le impidió mantenerse en antena un tiempo razonable en cuanto intento promovió. ¿Qué falló? De entrada, Navarro no da el perfil amable y simpático de un Buenafuente o una Eva Hache, que además van de showman y gozan de aptitudes cómicas. Pepe tampoco calcula sus límites hacia la audiencia femenina por una tendencia escorada en exceso hacia la mujer-objeto, mujer-florero o como se le quiera llamar. De propina, se ganó la antipatía de los sindicatos de RTVE por la externalización total del programa. En fin, demasiadas cosas para que su experimento fraguara. De paso, TVE suma otro fracaso a La azotea de El Gran Wyoming , que lucía más humor aunque sin considerar que quizá el problema estaba en su presentador. En fin, que la tele no perdona y otro muerto al hoyo.