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| Entrevista | Miguel Ángel Muñoz |

«Los actores deben ser completos y dominar todo»

Aupado por «Un paso adelante», triunfa también en teatro con «El cartero de Neruda», acaba de rodar «Los Borgia» e interpreta un nuevo papel televisivo en «Mis adorables vecinos»

Miguel Ángel Muñoz en una de sus imágenes más típicas

Publicado por
Mercedes Rodríguez - madrid
León

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A las 21 años y después de doce años en la interpretación, Miguel Ángel Muñoz vive un momento dulce profesionalmente. Triunfa en su gira teatral por toda España con la obra El cartero de Neruda , intervendrá en la película Los Borgia y cuenta con un nuevo papel televisivo en Mis adorables vecinos . Su proyección es la de un artista integral: interpreta, canta y baila, aunque estas dos últimas actividades tuvo que aprenderlas deprisa para trabajar en Un paso adelante , la serie que le dio la popularidad. Artista precoz, a los 9 años realizó su primer papel para la película de Jaime de Armiñán El palomo cojo y dice que a los 15 años ya tenía muy claro que quería ser actor. Vive para ello y da pasos certeros, sin marearse con la nube de fans que arrastra. 1397058884 Su personaje en Mis adorables vecinos se describe sobre el de un monitor de arobic, un chico sencillo, de barrio, responsable, muy deportista y con objetivos claros ¿Tiene algo que ver con él? -Un montón de cosas. Así como no tenía mucho que ver con Rober ( Un paso adelante ) sí me siento muy identificado con este personaje, Juan, porque es deportista, sano, no toma alcohol, se preocupa por superarse; está sacando las oposiciones a policía y tiene metas claras. También me parezco a él en que me siento un chico normal. Es más maduro que el papel de la anterior serie y eso supone un crecimiento profesional. -De niño ya protagonizó en «El palomo cojo» y parece que su vocación fue muy prematura... -No. Con 9 años me lo pasaba bien pero a esa edad no tienes claro nada. Cuando tenía 15 años que era el camino que quería seguir. La única premisa que me pusieron mis padres fue que aprobase los estudios y eso lo hice. Pero de no haber sido actor mi otra vocación hubiera sido ser futbolista. Jugué en los alevines del Real Madrid y a día de hoy sigo practicando y estoy en tercera regional. -Parece que aspira a ser un artista integral porque interpreta, canta, baila.... -El arma de trabajo de un actor es nuestro cuerpo, tenemos que saber dominar tanto los sentimientos y la expresión corporal. Eso conlleva saber danza, manejar un arma, esgrima, montar a caballo y también cantar y bailar. Los grandes actores de la historia del cine o del teatro son aquellos completos, integrales, que dominan prácticamente todo. No podría haber trabajado en Los Borgia sin saber montar a caballo. -Tiene una gran ambición -Me tomo muy en serio todo lo que hago, me planteo retos y metas que son ambiciosos, pero sin ninguna prisa. Pero también hace falta la suerte. -¿Su buen físico es una de las bazas con la que juega? -El físico que la vida te ha regalado es importante porque tienes más posibilidades de hacer ciertas cosas. Te marca sin que tu lo elijas y tienes que sacarle provecho. Para Un paso adelante tuve que adaptar mi cuerpo al personaje porque yo antes era un chico casi escuálido, bastante delgadito y me dijeron que me tenía que poner las pilas e ir a un gimnasio porque el papel requería una complexión más fuerte. Y me machaqué durante más de tres meses para que el personaje fuera creíble. -¿No bailaba antes de «Un paso adelante»? -No tenía ni idea. De hecho me daba mucha vergüenza y ese ha sido quizá uno de los mayores retos que he tenido en estos años porque entre mis compañeros el que no era bailarín había tomado clases durante cinco o seis años. -Se ven algunas imágenes en que le persiguen las fans ... -Sí encima que te gusta tu trabajo hay gente se interesa por él y que te espera cuando vas a los sitios es muy reconfortante. También es cierto que el fenómeno de las fans se ha desmadrado en estos últimos tres años y cuando das un concierto se forman en la puerta unos guirigay impresionantes. Es muy bonito lo de las fans, pero hay que saber que el efecto de la televisión es de un reclamo inmediato que después se apaga. Ni eres el mejor cantante del mundo, ni el más guapo, ni, por supuesto, estás por encima de los demás.