Verano en la Costa Verde

Hace algunos años el pintor asturiano Felipe del Campo presentó en León sus Paisajes verticales , una serie de óleos con los que invitaba al espectador a realizar un apasionante viaje por los blancos peñascales de los Picos de Europa, y por verdes valles de la cordillera que une a León y Asturias. Sus formatos fueron entonces tan verticales como las montañas que en los que se mostraban. Estos días regresa el artista a la galería Arte Lancia. Lo hace con otra impresionante serie de paisajes, en este caso, en vez de verticales, horizontales, buscando reflejar el horizonte infinito del Cantábrico. Felipe del Campo pinta una y otra vez la gijonesa playa de San Lorenzo, y lo hace con el alegre colorido del mediodía, con sus casetas multicolores y con los bañistas disfrutando de las doradas arenas y de la inmensidad verde de las aguas cantábricas. Para el artista estos escenarios «recuerdan a la gente el verano, días de alegría y descanso¿ son la memoria optimista de unas vacaciones que a todos nos gustaría que duraran mucho más. El ver esos momentos reflejados en un cuadro nos devuelve a los instantes felices que vivimos. Creo que es bonito ayudar a gente con mi pintura a recuperar sus buenos momentos. Soy un amante del verano y de su luz, y lamento que el invierno sea tan largo». Felipe del Campo se aficionó a la pintura contemplando en las paredes de su casa los cuadros de su abuela, Carolina del Castillo, discípula de Cecilio Pla y amiga de Sorolla. Profesional de la música y artesano de la madera, es pintor de vocación tardía. Desde 1994 la practica de forma autodidacta, tratando una amplia gama temática que incluye variados paisajes y retratos. Su primera exposición la celebró en la Capilla de San Lorenzo, en Gijón, en el año 1994. Desde entonces ha realizado más de veinte exposiciones, en la mayoría de las ciudades y villas asturianas, en Madrid, León¿. En todas sus exposiciones muestra una obra de marcado carácter figurativo, con tendencia a un postimpresionismo lírico y colorista. Predominan en su catálogo suaves marinas, paisajes montañosos y frondosos caminos. El también artista Jaime Rollán, que estos días expone en la Casa de las Carnicerías, ha dicho de Felipe del Campo que «están presentes en su pintura las entrañables estampas asturianas de la caleya y la foguera, el ir a la yerba o el baile de la romería, la placidez de una playa o la dulzura de Picos, donde hallamos al pescador del Cares y la fragosidad de la hoz de la Garganta Divina». Horario: de lunes a viernes, de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00. Calle Gil y Carrasco, 1-1º.