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La vida secreta del agua

Carlos Junquera, leonés de Veguellina y profesor de Etnografía, presentó en la Casa de León en Madrid «Vigías en los ríos», una completa obra sobre la trascendencia de los molinos

Publicado por
Pacho Rodríguez - madrid
León

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El molino fue un tótem de la cultura rural leonesa. En un cauce de un río, unas compuertas, unas piedras, una vivienda, una industria, y una vida en torno al agua. Cada tanto camino, un molino era una pequeña revolución industrial que agitaba el agua. La modernidad que llega mirando sólo a su ombligo de futuro se lo llevó por delante, pero dejó el peso de la piedra en el fondo y queda un recuerdo, cada vez más erosionado, que tan sólo unos pocos son capaces de sacar del pozo del olvido. En el rio Órbigo, Tuerto, Requejo¿ queda esa huella de los tiempos en los que el trabajo no se llevaba a casa, estaba en ella. Pero hay un héroe del recuerdo de la memoria leonesa que se ha recorrido el presente de decenas de molinos de agua de Léon. De todas formas, lo de Carlos Junquera (Veguellina, 1943), autor de Vigías en los ríos (Eunate), libro presentado en la Casa de León en Madrid, no es el ansia de récord de visitas sino la victoria de fondo de remarcar lo que no deja de ser una identidad leonesa, tal y como señalaron los encargados de presentar este ameno, riguroso y completo recorrido. Junquera, profesor titular de Etnografía en la Universidad Complutense de Madrid, llegó al tema por la academia y por su vida. Porque siendo tema de su especialidad, los molinos de agua son una de las huellas etnográficas más representativas y transversales y que cuentan con la peculiaridad de que su vigencia se da hasta hace bien poco. Y en lugar casi aún más trascendente, porque la infancia de Carlos Junquera son recuerdos de un molino de la presa cerrajera. Con este planteamiento, Carlos Junquera se despacha un libro que sirve para sus alumnos, intención confesa del autor, es decir, para especializados en la materia, pero en su desarrollo se deja atrapar porque más allá de datos hay vida. Con colaboradores como Santiago Mansilla, una institución de la enseñanza en Veguellina, Carlos Junquera ha conseguido situar en la actualidad una realidad que es la de que los molinos de agua están condenados a desaparecer. Desplazados por los nuevos tiempos que imponen otras prioridades. Por eso, Junquera resalta que el molino era un todo cultural. En la obra se encuentra toda esa filosofía, su ubicación, fotos, rutas y cómo los molinos eran un lugar de reunión. Un plató ancestral para hablar de cómo iba la vida.