El Penumbra

QUINTERO no hay más que uno. Ese declamar en vez de hablar, esas prédicas catódicas, esa manera de taladrar con la mirada, esas carcajadas a tempo lento, esos silencios a prueba de titanio... Es El Loco de la Colina (La Primera), el singular Jesús Quintero que tanto puede enamorar como poner de los nervios. El martes, después de arremeter contra el dinero, acabó con su monólogo diciendo: «El mundo está loco, loco de la peor locura, de la más miserable, de la más fea¿» . Toma. Se supone que en La Primera ya sabían que ponerle a competir con El comisario (Tele 5) A tortas con la vida (Antena 3) o A vida por diante (TVG), era reto imposible. Les honra la apuesta, sin duda. Está también su facilidad para convertir a este país en una especie de Frikilandia de la que extrae los personajes más estrafalarios que uno pueda encontrarse, carne de manicomio o casi. Al límite de la crueldad, también con el casi. El Penumbra, por ejemplo, «un puntaso» que le dijo el propio Quintero. La duda estaba en si lo suyo era humor, una especie de surrealismo castizo, o por el contrario, el fulano, ataviado con una túnica a lo Rappel, cabello espeso y ensortijado, empeñado en afirmarse extraterrestre cuya misión en la Tierra es la de informar a la Humanidad¿ Puro delirio.