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Este nuevo volumen sobre nuestro dominio lingüístico va de la palabra «dácala» a la «fuzoria»

«Léxico leonés», de Janick Le Men, libro de la semana en el Cervantes

La profesora de Filología publica el tercer tomo de su monumental compilación

Janick Le Men es profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León

Publicado por
Emilio Gancedo - león
León

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Dácala viene a ser el trozo de papel o monigote que los rapaces pegan en la espalda de los transeúntes para gastarles una broma. Fuzoria , en cambio, designa bien la azada, bien una especie de hoz con mango largo para podar árboles, y tiene variantes como fesoria , fosoria , etc. Entre estas dos palabras se extiende un completísimo listado de términos leoneses que empiezan por las letras D, E y F, y que constituye el tercer tomo de la monumental compilación Léxico leonés de la profesora de Filología Hispánica en la Universidad de León Janick Le Men. El libro, publicado por la veterana colección Fuentes y Estudios de Historia Leonesa que dirige José María Fernández Catón, acaba de ver la luz con muy buenos augurios: el Instituto Cervantes lo ha elegido, en su página web, como «Libro de la Semana». El volumen hace el número 95 de esta histórica colección que cuenta con el apoyo de Caja España, y en él, Le Men continúa su pormenorizado y exhaustivo trabajo de rastreo, compilación, vaciado de libros sobre el léxico de las comarcas de León y otros palabreros , disección filológica, descripción y comparación con las provincias que comparten nuestro mismo dominio lingüístico (Asturias, Zamora, Salamanca, Miranda en Portugal, Cáceres, y partes de Badajoz, Cantabria, incluso Huelva). Y no sólo con ellas, también con el resto de tesoros de la lengua y diccionarios de los dominios galaico-portugués, castellano, aragonés y catalán. Inédito e histórico Este esfuerzo titánico, que nadie hasta la llegada de Le Men había realizado en León pero del que casi todas las demás regiones ya disponen, comenzó a realizarlo la profesora bretona en el año 1997, aunque desde 1991 ya trabajaba con interés el tema del habla leonesa. A pesar de los difíciles y arduos comienzos, esta lexicógrafa asegura que está dispuesta a sacar, en sólo dos años más, los otros dos volúmenes que restan para culminar todo el abecedario. Cuenta Janick que la primera letra va desde dácala hasta duyas , que es una rara variación de dúas (femenino de dos) que se emplea en la Cabrera. También dúes , dugas . En la E («una letra por la que empiezan muchas palabras en leonés», dice Le Men) están recogidas desde ea (voz para arrullar al niño, cantar la ea ) a ezúquiri , una variante de azúcar, cuya forma leonesa más común es azucre . La F (letra harto interesante, pues aquí se conserva el sonido inicial que en Castilla desapareció) comienza por faba (alubia, fréjol, y también tumor que les sale a las caballerías) y acaba en la ya descrita fuzoria . Vocablos que a la investigadora gala afincada en León le «prestan» más son los muy empleados f ilandón , reunión nocturna de vecinos para contar historias, o facendera , trabajo comunal. También falampu , faloupu , «copo de nieve» y también «trozo de tela»; falispa , copo de la nieve que cae rápida y «chispa del fuego», que en la zona oriental es jalispo , con variaciones como faliespa o falispina . Otros términos «interesantes», como dice, son debura , o leche desnatada; emburriar , empujar; entafarrar , ensuciarse; farrapu , trapo viejo; focicu , hocico; feje , haz; fato , torpe, presumido; fuelga , terreno en barbecho (lo que en los Oteros es dejar en adil ); foira , diarrea; friera (cantidad de leche desnatada por el frío de la noche), esporpollar (crecer, desarrollarse); esperriar , estornudar; encentar , comenzar a cortar el pan por el encete o comienzo)... Casi novecientas páginas, pues, de lengua y cultura leonesas.