Una visión barroca de Don Quijote

Los artistas de diversos países europeos, fueron los primeros en convertir en imágenes las escenas que Cervantes creara en su Don Quijote. Para ello emplearon una teatralidad muy propia del barroco, unida a una gran profusión de detalles, lo que generó escenas de notable gracia. Uno de los grandes interpretes del casi recién nacido Quijote fue el pintor francés Charles-Antoine Coypel (París, 1694-1752), que realizó una importante serie de dibujos destinados a la elaboración de tapices en la Manufactura Real de Gobelinos, durante el reinado de Luis XV, algunos de los cuales se conservan actualmente en el Musée Nacional de Château de Compiègne. Los dibujos de este pintor tuvieron una importante difusión y aparecieron como grabados en varias ediciones europeas del inmortal texto de Cervantes. En España algunos artistas las reprodujeron con muy diversas técnicas, demostrando el gusto por lo francés que imperaba en la corte, no en vano la dinastía reinante era la misma a ambos lados de los Pirineos. Las miniaturas, pertenecientes a la Colección Eugenio Fontaneda, que pueden admirarse estos días en la sala de exposiciones de la Casa de las Carnicerías, corresponden a una interpretación de los originales franceses realizada por una mujer, Ana Meléndez Durazzo, hija de Francisco Antonio Meléndez. Están pintadas al temple sobre pergamino de gran calidad y la artista hizo ofrecimiento de ellas al rey Carlos III, en forma de lujoso álbum, con motivo de su ingreso en 1759 como académica supernumeraria de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, algo que en el siglo XVIII no estaba al alcance de muchas mujeres. Estas miniaturas, que están en un estupendo estado de conservación, muestran toda la extraordinaria belleza de sus colores originales, e impresionan al espectador por la gran cantidad de detalles que incluyen en la escasa superficie en la que están pintadas. Además, al lado de cada una de ellas se incluye un grabado con el mismo motivo y la misma procedencia, pertenecientes estos al Quijote publicado por Pieter de Hondt en la Haya, en el año 1746, y que sólo muestran dos diferencias con las vitelas, su formato vertical, más apropiado para la edición del libro, y su reproducción al revés, correspondiendo la parte derecha de los grabados, a la izquierda de las vitelas. Por lo demás son prácticamente idénticos. Eugenio Fontaneda fue un gran coleccionista de arte, especialmente del perteneciente a la comarca de Tierra de Campos. Quizá sus mayores aportaciones al patrimonio terracampino, son la recuperación del Castillo de Ampudia, donde se guarda su colección y la creación, en Cervatos de la Cueza, de una casa museo dedicada a la memoria del General San Martín. En su colección de encuentran innumerables obras de carácter religioso, instrumentos musicales de todas las épocas, elementos de las viejas boticas de los monasterios, armas, enseres de la vida cotidiana, juguetes, monedas...