Cientos de entusiastas bailaron ayer al ritmo del mago del techno

Miles de personas acudieron ayer la plaza de toros para asistir a la última jornada del Festival Internacional de Música Avanzada, un festival internacional de música avanzada, organizado por el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León y que ha convertido a la ciudad en el referente musical de la temporada. En este sentido, cabe destacar que el eco del festival ha situado a León en la capitalidad de la música avanzada, y los organizadores recuerdan que, desde que fue presentado el pasado febrero en la feria de arte Arco en Madrid, junto a la próxima exposición del Musac, la prensa nacional y los foros especializados se han hecho eco de la noticia. La jornada de ayer estuvo protagonizada por el trío londinense de pop clásico Saint Etienne, cuyo séptimo álbum se basa en el concepto de la vida en un bloque de apartamentos en el Este de Londres. A continuación actuaron los dj's Karl Bartos (Berlín) y Marco Carola (Nápoles). El broche de oro lo puso uno de los dj más solicitados hasta el momento en el panorama internacional, Jeff Mills (Detroit), una de las estrellas planetarias del tecno, el héroe de las megarave o fiestas multitudinarias y un as de los tres platos. Surgido del mítico colectivo Underground Resistance, semilla del Detroit techno, Jeff Mills es sin duda el más africano (y probablemente el mejor) de todos los disc-jockeys. Sus trepidantes sets de techno abrasivo, minimalista y reverberante se asemejan al hipnótico tam-tam de la selva y llevan al espectador a una suerte de trance narcótico. Sus maxis para sus propios sellos Axis y Purpose Maker son objeto de un coleccionismo furibundo. En la edición de su magistral último disco, Metropolis , Mills alcanza la categoría de mito. El hombre capaz de pinchar cincuenta discos por hora convirtió ayer el León Arena en una gigantesca discoteca. Fue un gran espectáculo.