Con el cuerpo y el alma

Pocas veces habrá visto León un homenaje más merecido y más entrañable que el que recibirá Concha Casado hoy sábado en el Hotel Conde Luna. Una ola espontánea de simpatías y afectos envolverá la amable figura de esta mujer que, con su sola presencia, despierta respeto y admiración por su obra en favor del patrimonio de todos. Tras una vida profesional de dedicación a la Filología y a la Etnografía, de trabajos y responsabilidades en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, junto a investigadores y eruditos como Dámaso Alonso, Samuel Gili Gaya, Julio Caro Baroja o Vicente García Diego, en 1988 Concha Casado volvió a su tierra. Y desde entonces colabora con cuantos requieren su opinión o su juicio en proyectos de patrimonio, desde la esfera pública y la privada. En pocos años, el perfil de Concha Casado se convirtió en el paradigma fervoroso y desinteresado de la defensa de la cultura y de las tradiciones leonesas. Como aval de su tarea fecunda, ahí están sus monografías, sus investigaciones y sus artículos, fuente de autoridad para apreciar la riqueza y el alcance de nuestra identidad, o el itinerario de los cinco museos de las artesanías, empeño magnífico para inmortalizar las modestas actividades de las gentes de nuestros pueblos, tiempo atrás. Bercianos, cabreireses, cepedanos, maragatos, montañeses, terracampinos; leoneses... saben del ir y venir de Concha, con sus alforjas rebosantes de cultura tradicional. Y cómo de su actividad, frenética y atinada, ha nacido un potente estado de opinión en favor del amparo y consolidación del inmenso tesoro de nuestras raíces, venteadas por la disgestión del tiempo y olvidadas, en ocasiones, por la falta de sensibilidad y por la incuria de algunos administradores de nuestras geografías. Partiendo de que para que algo cambie algo tiene que permanecer, y puesto que el progreso es cambio, Concha vindica la educación como el primer instrumento para el desarrollo, y los fundamentos culturales como el hurmiento de lo permanente. Es decir, hay que llevar el patrimonio a la escuela. Entre tanto, ella promueve conferencias y jornadas sobre las artesanías y acompaña a estudiantes, de Madrid, de León o de donde sea, que quieren conocer la tipología de la arquitectura tradicional y la belleza de los escenarios del tapial y del adobe, de la pizarra, de los teitos, de los palomares¿, y conocer la vida de sus gentes y el menú de sus fogones. Una tarde que Pilar y yo fuimos a verla, comprendí que la Catedral, enmarcada por el gran ventanal del salón de su casa, ha sido y es su gran aliada, más allá de los tejados de ese León de sus amores, de sus desvelos y de sus entregas. Intuí que, algunas veces, ante las destemplanzas y menudeos urdidos contra el patrimonio, habrá sentado su súbito enojo frente a la Pulchra y, deslizando la mirada por su alba figura, en ella habrá reencontrado el sosiego para su ánimo. Imaginé momentos en los que, asaltada por los envites del abandono, hubiera querido ceder y dar respiro a su voz, leve, como su porte, y a su palabra, sabia y certera, por aquello tan humano de ¿hasta dónde? y ¿hasta cuándo? Pero, para dicha y regocijo de todos, se mantuvo y sigue incólume, íntegra, al rescate de la industria y el legado de tantas generaciones de brega e ingenio. Hoy sábado será un día grande para Concha Casado. Para muchos de nosotros, se tratará del encuentro con la valedora más carismática que ha tenido durante el último siglo el patrimonio tradicional. Para agradecerle su entrega, su rigor, su honestidad, su coraje. Y el mucho amor puesto en ello. Lugar: Hotel Conde Luna Hora: 14.00