El Barrio: «No soy ningún apóstol de ningún nuevo flamenco, soy uno más»

Algo debe tener Cádiz para que hayan salido tantos y tan buenos artistas. Uno de los últimos ejemplos es José Luis Figuereo, El Barrio, un hombre con unos cuantos años de trayectoria artística que crece y mejora con cada nuevo trabajo discográfico. El último, Las playas de invierno, viene a presentarlo esta noche al León Arena. «Es mi séptimo disco y para mi es la obra más completa que tengo porque es una obra en sí entera, no como el trabajo anterior que estaba el single y después, por otro lado, estaba el disco. En este va todo pareaito». Desde que, siendo un adolescente, abandonó su tierra natal para probar suerte en el mundo de la farándula, «me fui pa Córdoba a los 14 y a Madrid a los 18», José Luis ha ido desarrollando una impecable carrera musical que comenzó a despegar cuando acompañaba con su guitarra a bailaores como Antonio Canales o Sara Baras en la Venta el Gato. Escéptico con los cantos de sirena del negocio, rechazó la primera oferta para grabar un disco y decidió hacer un cursillo de soldador para ganarse la vida. «No quise porque me vi cogido por la música y la verdad es que no quería seguir perdiendo el tiempo con esto». Afortunadamente se replanteó su futuro y decidió debutar en el mercado con Yo sueno flamenco, un álbum al que seguirían otros como La fuente del deseo (del que vendió más de 100.000 copias) o Me voy al mundo (del que vendió 35.000 ejemplares en apenas una semana). Una década después, El Barrio ha creado escuela en un género, el flamenco, del que se dice que es el nuevo apóstol. «Mentira todo. No soy ningún apóstol de ningún nuevo flamenco, soy uno más, solo soy un soñador, los apóstoles murieron en aquel tiempo que tú y yo sabemos, pero todo mentira, ni soy mentira (risas), digo, ni soy apóstol... (risas)... El flamenco si ha evolucionado», prosigue, «pero a pasos muy lentos, como lo diría, antes escribíamos con máquina de escribir y ahora lo hacemos con ordenador. La gente flamenca antigua se resignan un poco a que el flamenco avance, ahora todo el mundo quiere funcionar y tal, pero la raíz es la raíz, lo que hay hacer es un trabajo bien hecho y que entre bien al oído, si no es que nada (risas)..., es que están aquí los músicos y son muy graciosos. Cada cosa que digo van por atrás diciéndome cositas (risas)». Una banda que le acompañará esta noche e integran Juani de la Isla (guitarra flamenca), Antonio Reina (guitarra flamenca), José Luis Bastos (guitarra eléctrica), Cecilio Cirre (bajo), Juan Saenz (batería), Francisco J. Mera (percusión), José Carlos Secp (teclado) y un coro formado por Raúl Obregón, Víctor Carrasco, Anabel Rivera y José Manuel Díaz. Un compacto grupo de profesionales que convertirán la velada en un derroche de talento e inspiración. «Todos estos años me he ido curtiendo más, como aficionado a la poesía y como músico, tengo más tablas y he cogido más experiencia, y la verdad es que todo eso se ve». Humilde, como los grandes, José Luis rechaza que se le considere un poeta, eso si, sin perder nunca su sentido del humor. «Es el público el que me cataloga así pero yo no soy poeta, en primer lugar no me subo la bragueta porque uso pantalones de botones (risas), no soy de cremalleras (risas), Lo de poeta me lo pone la gente pero yo soy un compositor cantautor de música andaluza arraigada al rock andaluz y al flamenco». Tampoco reconoce la profunda carga social que contienen algunas letras y le pueden hacer parecer un artista comprometido con vocación de sacudir el establishment. «¿ Cambiar las cosas?, yo no tengo vocación por cambiar nada, soy una persona muy normal y hago la música que he creado, mi sello, lo único que intento es hacer las cosas bien. Yo no intento cambiar na de na». Lugar: León Arena. Hora: 22.00. Entradas: 18 euros.