Aquel León soberano y republicano

Las guerras suelen traer momentos excepcionales con problemas especiales que requieren también soluciones especiales. La Guerra Civil española de 1936 no fue una excepción, mas bien al contrario, creó infinidad de problemas excepcionales. Unos de esos problemas fue la utilización de los sellos de Correos. El 23 de septiembre de 1936, el Consejo de Ministros de la República publicó varios decretos entre los que estaba la formación del Consejo Interprovincial de Asturias y León. Entre las competencias del Consejo estaba la administración de la correspondencia. El 11 de enero de 1937, a propuesta del Consejero de Hacienda, el Consejo de Asturias y León decreta: «Con carácter de impuesto transitorio de guerra, se crea un sello especial obligatorio en todos los casos de utilización de los servicios postales que no disfruten de franquicia». El decreto fue publicado el 9 de enero de 1937 en el Boletín Oficial de la provincia de Oviedo y entró en vigor el día 1 de febrero. Se estamparon siete sellos de cinco céntimos, cada uno de colores diferentes. Todos ellos fueron utilizados normalmente excepto uno, el de color azul violáceo. que no se conoce circulado. Fueron impresos un millón de sellos de cada uno de los siete sellos. Como se citaba al principio, la guerra trae momentos excepcionales. El 4 de marzo de 1937 parte de Bayona el mercante Galdames con bandera republicana. En sus bodegas lleva, entre otras cosas, sellos de correos. Aparece en alta mar el crucero Canarias ; apresa al Galdames y le lleva a Pasajes. Esta captura trae como consecuencia la falta de sellos en la zona norte de España y, más concretamente, en Asturias y el Norte de León. El 20 de mayo el Consejo Interprovincial de Asturias y León promulga un decreto por el que autoriza la sobrecarga de uno de los sellos para su uso en franqueo normal. Cuatro fueron las sobrecargas con los faciales conformes a las nuevas tarifas del primero de abril de 1937: 0,25,- 0,45,- 0,60 y 1 peseta, creando cuatro valores nuevos. Para las sobrecargas se utilizó un solo sello, el de color rojo. Posteriormente se sobrecargaría un nuevo sello, el azul violáceo. Algún tiempo después, el Consejo Interprovincial de Asturias y León imprimió otros dieciséis sellos más con diversos faciales, pero ninguno de ellos se puso en circulación, seguramente por falta de tiempo, ya que el 21 de octubre de 1937 termina la guerra en el Norte y desaparece el Consejo Interprovincial de Asturias y León. Además de estos sellos fueron creados unos bocetos con el fin de ampliar el número de los mismos. Entre estos bocetos hay dos que tienen un especial interés para los leoneses: uno reproduce nuestro escudo y el otro, la Catedral legionense. Los sellos de Asturias y León, a pesar de tener algunos detractores, son plenamente legítimos, pues fueron autorizados por un Consejo Interprovincial con plena potestad para ello, concedida por un Consejo de Ministros. Otra cosa es la rareza de algunos de los sellos y la dificultad para encontrarlos. Se conocen muy pocas colecciones con la totalidad de los sellos, incluidos los que no llegaron a circular, los no expendidos. Por otra parte, son contadas las colecciones conocidas que incluyen cartas circuladas con los sellos de Asturias y León. Referente a cartas circuladas con estos sellos, hay que señalar que son raras las cartas circuladas desde Asturias y muy raras las cartas circuladas desde la provincia de León, ya que sólo circularon en el norte de la provincia, que es la menos poblada. La colección expuesta en la exposición del centenario del Diario de León con los sellos de Asturias y León es, con diferencia la colección más importante entre todas las conocidas y con total seguridad entre todas las posibles por la enorme cantidad de documentos que posee. En mi opinión, la presentación de esta colección, es la primera vez que se expone en León, será una gran satisfacción para todos los amantes de la filatelia y, sin duda, de una gran curiosidad para todos los visitantes.