Exquisita y conmovedora «Giselle»

El ballet del Teatro Nacional de Brno, que anoche puso en escena Giselle, de Adam, con el patrocinio de Diario de León, volvió a obtener otro de sus sonados éxitos, pese a la sustitución de los bailarines invitados del teatro Mariisnky por los titulares de la compañía, Jana Prbylova y Richard Kroci, quienes formaron una pareja de ensueño, en sus roles principales de este ballet romántico, que contó con una espléndida coreografía, una puesta en escena cuidada y sugerente y unos decorados de época que le otorgaron ese halo de ensueño y pesadilla que envuelve toda la obra. Magníficos los protagonistas, especialmente la Giselle de Prbylova, una bailarina no demasiado joven, como requiere el papel, pero con una experiencia y una expresividad cinética y estilística de la mejor escuela. Si Giselle es para una bailarina lo que el Hamlet para un actor teatral, en el caso de la Prbylova fue una revelación llena de inspiración, de emotividad y arte. Toda artista aspira a darle su propia personalidad encarando el papel dentro de una amplia gama de posibilidades que va desde acentuar una tierna melancolía hasta un intenso apasionamiento, pero Prbylova lo diseccionó sin enfatizarlo, dejando que sus movimientos fluyeran con la nostalgia de una música hecha para emocionar. La escena de la locura fue, como su nombre, para enloquecer y  Prbylova supo equilibrar todo el dramatismo del momento con el baile más exquisito. Este papel, por todo lo que significa y por las posibilidades que ofrece, tanto técnicas como histriónicas, ha sido interpretado, prácticamente, por todas las grandes bailarinas desde su creación y sin duda la que anoche tuvimos la suerte de presenciar puede figurar sin temor a equivocarnos entre una de las más acabadas.