Leoneses: Pombo y Dr. Hofmann
Las mayores sorpresas Desde el sonido a las imágenes, desde la luz al movimiento, desde la arquitectura a los graffiti, todos los vehículos son válidos para expresar emociones y comunicárselas a los espectadores. Inquietante es, por ejemplo, la propuesta de los daneses AVPD (Aslak Vivaek y Peter Dossing), Possesión. Se trata de cinco unidades habitacionales de única entrada y salida, que son desplazas mediante mecanismos invisibles entre vibraciones y ruidos demoníacos, provocando con ellos un constante quiebro del sentido de orientación del espectador. Sin duda algo nos recuerda Matrix, la obra de culto en la que los personajes entran y salen por puertas que se abren en un corredor rompiendo las barreras del tiempo y el espacio. El experimento acelera notablemente el ritmo cardiaco del visitante que verdaderamente se sumerge en una posesión demoníaca. Aunque nació en Madrid, Ángel Núnez Pombo se considera leonés del Bierzo. Este joven artista que ha vivido en Tánger y Nueva York, es responsable de la última de las instalaciones de la dilatada exposición. En ella el artista cuestiona en el espectador el uso de su propia mirada. Por un lado le invita a rodear las piezas y por otro a mirar, a través de una lente, su interior, activando así su curiosidad. Piezas de extrañas formas que nos conducen a un universo imaginado en el que el artista no juega sólo con la mirada, sino con la propia percepción de esa realidad, mezcla de pasado y de futuro. Las intervenciones del Dr. Hoffman, el otro leonés de esta exposición, han recorrido el mundo entero, bien transportadas por sus amigos, sus conocidos o por él mismo. También forman parte del escenario urbano de León, donde ha intervenido en muchas ocasiones con sus sobrios graffiti. En la exposición recibe a los visitantes con una caseta en la que sobre fondo blanco representa varias escenas en vigorosos trazos negros, como en él es habitual. Y también pueden verse en el interior del museo otras de sus obras, con las que se interrelaciona la idea de «dentro y fuera», conectando la calle con el propio espacio de exhibición. Espectacular Shu-Min Li Este artista nacido en Taiwán y residente en Nueva York propone una intervención sobre las emociones. En este caso el espectador también tiene que participar activamente. En el suelo de la sala se ve una bellísima proyección, un estanque virtual con dos escenas difere ntes, una p rotagonizada por peces y otra por flores, que son completamente interactivas. Dos espectadores, sentados en cómodos sillones a ambos lados y con unos sensores puestos en su cabeza, buscan la relajación, mientras más relajados estén más crecen las flores de su parte de l campo luminoso, o más peces saltan a unas imaginarias cestas. Además, otros sensores, hacen que el escenario cambie en consonancia con los movimientos de los espectadores que rodean el simulado estanque. Realmente fantástico tanto por su belleza como por la delicada intervención de los espectadores en la obra.