Brines dedica a Cernuda su discurso de ingreso en la RAE

El escritor Francisco Brines reflejó ayer, en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, las luces y sombras que hay en la obra de Luis Cernuda, un poeta al que «siempre le importó desvelar en el poema la verdad del hombre que él era». «Cernuda es un poeta complejo, que concilia con sorprendente conformidad lo que podría parecer distante y aun contrario: es clásico y romántico, metafísico y cotidiano, esteta y moralista. Un poeta en cuya unidad se advierte una rica diversidad», dijo el nuevo académico al leer su discurso ante los centenares de asistentes que llenaban el salón de actos de la Academia. Brines (Oliva, Valencia, 1932) eligió a Cernuda «por lealtad» para el solemne día de su incorporación oficial a la RAE. Le debe mucho. Le debe «la conmoción» que la lectura de su poesía le ha causado desde joven, y le debe también el magisterio que ha ejercido sobre su propia obra. Ayer, trató de saldar esa deuda dedicándole su discurso, titulado Unidad y cercanía personal en la poesía de Luis Cernuda. Fue un texto ameno y de gran belleza en algunos de sus tramos, con el que Brines expresó su admiración por el poeta que, «como nadie, había sabido incorporar con tanta verdad y completud al hombre que él era en las palabras escritas». Han pasado cinco años desde que Brines fuera elegido académico para ocupar la vacante de Buero Vallejo, y en su discurso, que graves problemas de salud le han impedido leer antes, no podía faltar el elogio a un dramaturgo «tan significativo en la historia de nuestro teatro».