Entre ellas, los Mágicos 64, Los Megatones, Los Rolls o Los Arañas
La Diputación rescata el sonido de las bandas leonesas de los 60
Se volverán a reunir el 21 de junio para ofrecer un concierto y grabar un disco conmemorativo
Se trata de una exhaustiva labor de rastreo, recopilación musical y posterior homenaje a los artistas que marcaron época y a cuyo sonido bailaron muchos jóvenes y no tan jóvenes de sucesivas generaciones de leoneses. Es un feliz proyecto de la Diputación de León que comenzó el año pasado con las bandas de los años cincuenta (aquellos inolvidables Cirolines, Realengos, Trevinca, Brisas del Sil...), hoy octogenarios, que ofrecieron un delicioso concierto en el claustro del Palacio de los Guzmanes con el que luego se editó un muy peculiar cedé. Ahora se hará lo mismo con una selección de bandas de los años sesenta: V Unión, Generación 2000, Los Mágicos 64, Los Megatones, Los Rolls, Los Incógnitos y Los Arañas. Y así, el próximo 21 de junio a las 20.00 horas, el patio de la Diputación volverá a acoger un concierto de estas bandas -reunidas para la ocasión- que se publicará en forma de disco por parte de la editorial Lobo Sapiens. Ayer, el presidente leonés, Javier García-Prieto, junto al profesor, músico e investigador Enrique Jiménez y el artista Manuel Jular, responsable del diseño del cartel y el disco de este homenaje, dieron a conocer todos los detalles de la iniciativa. Jiménez destacó cómo en León, en muy poco tiempo, se produjo una gran inclinación hacia este tipo de grupos «músico-vocales», de forma que las bandas de la generación anterior, las de los saxos y las jazzbands , se quejaban de que, «en sólo tres meses» dejaron de contratarles. La electrificación había llegado. Y con ella, toda una manera de ver, oír, sentir y vivir la música. Las guitarras eléctricas, las melenas y las camisas floreadas hicieron acto de aparición, era «lo moderno», lo que «estaba de moda». Aires de libertad Aquellos grupos -algunos «muy efímeros», dice Jiménez- reunían a centenares de fans en sus conciertos, y varios de ellos llegaron a triunfar en Madrid (como los astorganos Los Rolls, que hacían versiones de los Beatles) y a realizar giras por todo el país. Y eso pese a los habituales «insultos y vejaciones» de que eran objeto por parte de la sociedad más reaccionaria de la época. Estas bandas eran, pues, símbolo de unos «aires de libertad» que se respiraban en sus temas, su forma de vestir y sus actitudes. También destacó Jiménez la importancia de dos festivales consecutivos de bandas que se celebraron en la ciudad, con los mejores grupos españoles, en 1966 y en 1967 (con carreras de fans, altercados y persecuciones incluidas) «y que explican la gran influencia que este tipo de música tuvo en León, y explican también todo lo que vino después, por qué esta ciudad es diferente de las de su entorno en este asunto de la música, el por qué de fenómenos como el Purple Weekend, etc». La obra de Jular tiene la curiosidad de haber incluido el dibujo de unos músicos sacados del cartel de uno de aquellos festivales, pero del que se desconoce su autor.