«La única manera de abordar la muerte es con el humor»

Vicisitudes profesionales le llevaron a Nieves Concostrina (Madrid, 1961), periodista de larga trayectoria en el desaparecido Diario 16 , a investigar sobre los muertos. Primero lo hizo para la revista Adiós , que se reparte en los tanatorios. Al crecer su conocimiento sobre toda suerte de finados, ilustres o curiosos, Radio 5 Todo Noticias se interesó por sus trabajos, que se han convertido en microespacios de éxito bajo el título de Polvo eres . Ya lleva dos libros sobre historias de insignes calaveras. Y es que Concostrina se ha atrevido con el más difícil todavía: hacer del gran tabú un tema ameno. -¿Es difícil encontrar documentación de los muertos y sus circunstancias? -No si sabes donde buscar. Al principio me resultaba más difícil, pero todo está en los libros, en las hemerotecas o en los periódicos. A veces hay que leer entre líneas para sacar un tema. Un simple detalle sobre la tumba de alguien me puede dar la pista para investigar. No cuento nada nuevo, pero sí de otra manera. -¿Por qué tiene tanto éxito este espacio radiofónico? -Es un tema que interesa a mucha gente, aunque nunca nos atrevemos a hablar de la muerte porque hay mucho tabú. Pero hablar de la muerte, depende de con qué tono, puede ser atractivo. Recordar que Pio Baroja está en un cementerio civil y las circunstancias de su fallecimiento, del entierro, puede interesar a cualquiera. Todos somos muy necrófilos, entendida la palabra en la primera acepción que da el diccionario de la Real Academia : «Interés por la muerte y algunos de sus aspectos». Somos curiosos y la muerte forma parte de la vida, otra cosa es que no nos guste hablar de ello. Y yo creo que la única manera de abordarla es con un poco de humor. -La muerte impone ¿A usted le da miedo o ha vencido esa natural reserva? -A mí me da pánico. Pero yo no pienso en ella, sólo me ocupo de la muerte de los demás. La vida está para pasarlo lo mejor posible y no hay que darle vueltas a la cabeza. Pensaré en ella en el último minuto. -Las personas cada vez vamos menos al cementerio... -La gente abandona a los cementerios por ese tabú del que hablábamos: los muertos, cuanto más lejos mejor. Salvo el día de Difuntos, que todavía se llena, la gente no va. Y además, cada vez hay más incineraciones por lo que se evitan los puntos de referencia donde ir a poner flores. La Iglesia admite la incineración desde 1964 y es imparable. En España, la media está en el 20%. -Es decir que la estampa de limpiar lápidas y poner flores se irá perdiendo... -Son cambios sociales. A mí lo que me daría pena es que los cementerios se abandonaran. Me gustaría que la cultura en España en este terreno fuera más europea. En Europa los cementerios se ponen en valor, no se va sólo a enterrar a alguien sino que se visita por turismo. Es impensable pasar por Viena y no ir al cementerio central, que también se utiliza como circuito de footing, o ir París y no pasear por el Père Lachaise. Barcelona ya está haciendo rutas turísticas por el cementerio de Montjuic.