Los norteamericanos de Arena contra los checos de Bruckner

Ahora que los norteamericanos cogieron el tranquillo a esto del fútbol (con permiso del béisbol y el basket, naturalmente), será interesante acercarse con ojos de sociólogo al partido del Mundial de Alemania 2006 entre Estados Unidos y la República Checa, que hoy se disputará en Gelsenkirchen, audaz estadio cubierto con capacidad para 53.804 espectadores y 191 millones de euros de inversión. Están en el grupo E, junto a Italia y Ghana. Favoritos en este partido son los checos, que afrontan su primer Mundial tras su constitución como República, y llegaron al Mundial tras una repesca ante Noruega, pero a saber si no salta la sorpresa. Entrena a los primeros, Karel Bruckner, 66 años, y tiene entre sus figuras a Jan Koller, Milan Baros, y la seguridad de su portero Cesh, uno de los mejores metas del mundo. Prepara a los segundos B. Arena, 54 años, y antiguo guardameta. El caso de la selección norteamericana es digno de estudio. Alcanzó cuartos de final en 2002 en Corea y Japón, y desde entonces su evolución va a más, y se ha convertido en todo un clásico del Mundial, con un total de ocho participaciones. La mitad de su plantilla juega en Europa y entre sus figuras tienen al veterano Reyna (Manchester), Beasley (PSV) y Donovan, éste jugando en casa, en Los Angeles G. No está mal para un deporte que hace tres décadas era más raro que un perro verde en Estados Unidos.