«Diario de Praga» narra en primera persona la persecución nazi en Chequia
Se publica la historia del «hermano» checo de Anna Frank
Barcelona acoge la presentación del testimonio de Petr Ginz, asesinado en Auschwitz
La invasión de Praga por los nazis vista desde la mirada de un niño de 14 años se recoge en el libro Diario de Praga. 1941-1942 , el testimonio de Petr Ginz, tan dramático como el de Anna Frank, que, según explicó ayer su hermana, Eva Ginz, truncó una carrera literaria y artística precoz. En la presentación del libro, editado en castellano por Acantilado, Eva Ginz, ayer Chava Pressburger, ha dicho que «Petr era un muchacho con mucho talento, que a los 14 años había escrito ocho novelas, numerosos artículos y había pintado miles de dibujos». Hijo de un ejecutivo judío de una empresa textil y de una mujer checa no judía, Petr Ginz fue apartado de sus padres a los catorce años para ingresar en el campo de concentración de Terezin, al noroeste de la antigua Checoslovaquia, y dos años más tarde, ha comentado su hermana, fue deportado al campo de exterminio de Auschwitz, donde murió en las cámaras de gas con sólo 16 años. Todos sus parientes por parte de padre fueron enviados a los campos y sólo tres de ellos sobrevivieron (su padre, su hermana y un primo); y al finalizar la guerra, su hermana pudo salvar algunos de los escritos de su hermano. Estudios en Terezin Durante su reclusión en el campo de Terezin, Petr leyó todo lo que cayó en sus manos gracias al acceso que tuvo a los libros confiscados a los prisioneros, y así pudo estudiar historia e inglés, dibujó mapas, trabajó en un diccionario checo-esperanto y escribió ocho novelas, de las cuales sólo se ha conservado una, en posesión de su hermana. En Terezin (1942-44) Petr Ginz fundó la revista clandestina Vedem , que incluía ensayos, poemas, relatos cortos, artículos relacionados con las ciencias, así como una columna semanal en la que se informaba de los acontecimientos que ocurrían en el campo. «Petr era un muchacho con mucho talento y siempre muy optimista y en sus diarios describe su último año en casa y en la escuela, pero el tono cotidiano de las descripciones queda interrumpido con la llegada de los alemanes». A partir de entonces, señala la hermana, «Petr anotó las nuevas restricciones y persecuciones que sufrían los judíos, la deportación de sus compañeros y profesores de la escuela judía a los campos de concentración». En esas páginas, «la escritura se va volviendo cada vez más nerviosa, conforme Petr va siendo consciente de que llega el momento de su deportación, como en todos los niños, al cumplir los catorce años», ha apuntado Eva. Al final Petr fue deportado a Auschwitz y nunca más volvió a ver a su familia. «A finales de 1944, unos 600.000 judíos húngaros fueron asesinados en Auschwitz y mi hermano murió en la cámara de gas».