| Crítica | Arte |
Con la emoción basta
La artista leonesa Ana Cristina Martínez cierra con su muestra «Mira» la temporada de exposiciones de la galería Tráfico de Arte
Ana Cristina Martínez, a pesar de manifestarse feliz con los resultados de su trabajo en la última temporada, comenta: «Ya es hora de descansar un poco. Han sido tres Espacios Vacíos en Tráfico de Arte, una exposición en el Colegio de Arquitectos, y ahora esta muestra, de nuevo en Tráfico de Arte. Unos meses de mucho trabajo que me han servido para reencontrarme, para ayudarme a abrir nuevos caminos, para hacerme pensar en nuevos proyectos que me servirán para el futuro, pero en estos momento me siento un poco cansada». La exposición, titulada Mira, « en cuanto pintura sigue en los mismos parámetros que la titulada Ramas, que presenté en el Colegio de Arquitectos. Aparte hay una instalación que es la que da título a la muestra. Mira está integrada por unas chapas de hierro suspendidas en el aire, en las que hay depositadas unas ramas secas. Volvemos a una vez más a la naturaleza, los árboles¿ mantiene también relación con la anterior, aunque empleando materiales diferentes». Ana Cristina Martínez es una artista de fuerte personalidad, lo demuestra en su pintura, en la que ha sabido encontrar una serie de elementos personales e intransferibles para expresar sus emociones. Porque en la obra pictórica de esta artista se muestra sin tapujos la sensibilidad a flor de piel con la que interpreta cada obra. Los colores se convierten en mínimas manchas, en miles de insectos multicromáticos que quedan fijados en el lienzo en una misteriosa catarsis casi natural. Cánones misteriosos No se aprecia la manipulación de la pintora para que esas pequeñas motas de color hayan aparcado de forma aleatoria, siguiendo quizá los parámetros de la naturaleza, obedientes a esos cánones misteriosos que no están escritos, pero que figuran registrados de manera indeleble en el subconsciente colectivo. Son los suyos unos cuadros complicadamente sencillos ante los que nadie puede pasar con indiferencia. En Mira, la instalación que da nombre a la muestra, Ana Cristina tampoco ha querido incluir destellos luminosos, ni extraños sonidos, algo que parece inherente con las nuevas tendencias artísticas. En el último rincón de la sala de exposiciones, en una semipenumbra que obliga al espectador a detenerse, nos encontramos con una serie de rústicas placas metálicas que contienen, como si de religiosas ofrendas se tratara, unos puñados de ramas que hablan de la naturaleza dormida, de esas varas que la poda ha quitado de los árboles cuando la planta disfruta del letargo invernal, y que la artista ha convertido en ofrenda dirigida a unos modernos entes mitológicos que el espectador no conoce, pero con los que se siente identificado a través de la propuesta plástica de Ana Cristina. La sencillez y la síntesis a la que ha llegado la artista nos habla de su madurez. No necesita rodearse de parafernalias para contar su mensaje, le sobra con los mínimos elementos y una gran dosis de sensibilidad. Lugar: Tráfico de Arte. Calle Serranos, 2 Horario: de lunes a viernes, de 18.00 a 21.00.