Diario de León

El heredero destaca la gran modernidad y sentido trascendente de su obra

El Príncipe entrega a Antonio López el premio Velázquez

El maestro evoca en el discurso a su tío, Antonio López Torres, que le inició en el mundo de la pintura

Antonio López tras recibir el premio de manos del Príncipe

Antonio López tras recibir el premio de manos del Príncipe

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efe | madrid

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«Entré en la pintura como en un jardín y pronto percibí que el jardín era un bosque, prodigioso, arriesgado», afirmó Antonio López en el discurso dedicado a su tío, el pintor Antonio López Torres, que pronunció tras recibir el Premio Velázquez de manos del Príncipe Felipe. Durante el acto celebrado en sala de Las Meninas del Museo Prado y presidido por los Príncipes de Asturias, tímidamente y con palabras emocionadas el galardonado evocó y rindió un homenaje a su tío, que le inició en la pintura y que era «el mayor ejemplo de talento para la pintura que he conocido». En su pueblo de la llanura manchega «joven, apenas sin historia, luminoso», donde parecía que todo estaba a la vista y era emocionante y protector, «el mejor mundo para un niño», su tío Antonio López Torres, el pintor, soltero, pequeño, nervioso, sensible, aprensivo, a veces con un gran sentido del humor, se destacaba de los demás a veces de una manera involuntaria. Trabajo callado Recordó los bodegones sencillos, muy manchegos y la concentración con la que trabaja su tío, mientras que él, el sobrino de mayor edad, a los doce años comenzó a dibujar reproducciones de pinturas del siglo XIX de una revista. «... mi tío me veía dibujar. Yo esperaba que comentara algo, pero no decía nada, creo que me dejaba hacer, que esperaba». «Me sorprendía la relativa facilidad con que iba pintando las cosas, la transparencia del vaso, el volumen del puchero, la proyección de las sombras sobre la pared, la mesa delante. Mi tío aparecía con frecuencia, me hacía alguna corrección, pero nunca me abrumaba». «n realidad me costó largo tiempo ir comprendiendo el lenguaje, el enigma de la pintura. Aún sigo aprendiéndolo», dijo. Palabras del Príncipe El Príncipe de Asturias entregó ayer a Antonio López el Premio Velázquez de las Artes Plásticas 2006, en su quinta edición. «Muchas gracias por hacer lo que haces y por ser como eres: maestro», le dijo el Príncipe a Antonio López después de entregarle el más prestigioso galardón de artes plásticas que se concede en España. El nombre de Antonio López se une así a los de Ramón Gaya, Antoni Tapies, Pablo Palazuelo y Juan Soriano, anteriores ganadores de un Premio con el que el Ministerio de Cultura reconoce la obra de un creador plástico procedente de Iberoamérica. En presencia de Las Meninas de Velázquez, una de sus «devociones» desde que con 13 años visitara por vez primera el Museo del Prado, y de otras de sus grandes obras maestras, Antonio López recogió de manos de don Felipe el Premio. «Muchos creemos -dijo el artista manchego- que la práctica del Arte ya es en sí un privilegio que debía bastar para llenar una vida». Don Felipe recordó la admiración y aprecio que toda la Familia Real siente por su obra y por su persona -todavía no ha concluido un cuadro de gran formato con los Reyes y sus tres hijos que comenzó a pintar hace años- y que en 1985 le entregó personalmente en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. «Nuestra admiración -afirmó- se extiende tanto hacia sus espléndidas creaciones primeras, llenas de sentido poético, profundidad y connotaciones oníricas, como hacia toda su gran obra posterior, de un realismo renovador y trascendente, en la que ha sido capaz de incorporar casi todos los hallazgos técnicos propios del informalismo». Para el heredero de la Corona, Antonio López no puede ser etiquetado como un pintor tradicional, «porque su lenta y reflexiva mirada hacia la realidad es una mirada eminentemente moderna», ni su estilo pictórico considerado «realismo al uso».

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