Diario de León

El libreto describe tres historias de amor frustradas y nubladas por la mente del músico

El Auditorio alberga hoy la puesta en escena de «Los cuentos de Hoffman»

La compañía de teatro de la Ópera de Brno representa esta obra de Jacques Offenbach

Imagen de una de las escenificaciones de «Los cuentos de Hoffman»

Imagen de una de las escenificaciones de «Los cuentos de Hoffman»

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Miguel Ángel Nepomuceno - león
León

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No demasiado representada aunque habitual en los grandes coliseos, Los cuentos de Hoffman que esta noche a las 20.30 horas sube al escenario del Auditorio la prestigiosa compañía checa, es una de las óperas que cuenta con mejores crítica a las hora de valorar sus trama, los personajes y sobre todo la deliciosa música que Jacques Offenbach escribió para su desarrollo escénico. Con libreto de Julius Barbier, inspirado en las narraciones de W.A. Hoffmann, la ópera dividida en tres actos, un prólogo y un epílogo, se estrenó el 10 de Febrero de 1881 en París. La acción se desarrolla en diferentes ciudades europeas del siglo XIX. En los últimos años de su vida, y tras haber conquistado la fama en la composición de casi un centenar de operetas, Jacques Offenbach se propuso incursionar en la lírica escribiendo una ópera de carácter serio y de mayores dimensiones, para ello eligió el tema que le había dado una pieza teatral de Jules Barbier y Michel Carré, basada en algunas historias del músico y escritor Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, producida en el Teatro del Odeón de París, en 1851. Tarea atribulada En 1877 Offenbach comenzó su trabajo en la ópera pensando tenerla terminada tras algunos meses de minuciosa dedicación. Pero, por una u otra razón, la concreción de su empresa se fue retrasando cada vez más, hasta que le sorprendió la muerte el 5 de octubre de 1880, dejando su tarea incompleta y sin haberla aún orquestado. La ansiedad por ver pronto la ópera representada llevó a la familia de Offenbach y a León Carvalho, director del Teatro de la Opera Cómica de París, a llamar al compositor Ernest Giraud para enfrentar la tarea de completar y orquestar la obra. Pero su trabajo fue mucho más allá, por cuanto fueron demasiados los cambios que para su estreno Los cuentos de Hoffman debió soportar: se suprimieron algunos números, se cambiaron escenas, se trasladaron partes de un acto a otro, e incluso un acto completo, el de Julieta, fue eliminado. De esta manera, Los cuentos de Hoffmann tuvo su premiere en el citado teatro parisino el 10 de febrero de 1881, cuatro meses después de la muerte de Jacques Offenbach. A poco de echar a andar, el acto suprimido se repuso, pero como tercero y no como segundo, como consta que era la idea original de Offenbach. Desde entonces, no obstante haber conservado esa estructura, la obra ha conocido muchas reposiciones con no pocas alteraciones que, sumiendo la obra en un mar de confusiones, le han quitado y agregado partes. Tal proceso tuvo su culminación en los años setenta del Siglo 20, cuando los musicólogos Fritz Öser y Antonio de Almeida pudieron reconstituir lo que se supone habría sido la concepción original de Offenbach para esta ópera. El protagonista de Los cuentos de Hoffmann es pues un personaje que en verdad existió. Se trata del músico y escritor alemán Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, quien vivió entre 1776 y 1822. Después de haber dejado la composición se adentró en las letras con un estilo caracterizado por la constante mezcla entre realidad y fantasía, llegando a un punto tal en que el lector pierde todo sentido de la división entre la una y la otra. Toda su producción literaria explora de modo constante el terreno de las alucinaciones, a lo cual contribuyó su fuerte afición por la bebida. Las tres partes de Los cuentos de Hoffmann están basadas en tres narraciones de este escritor, las que de modo autobiográfico narran amores frustrados. Debe tenerse en cuenta que si bien los personajes de la ópera pueden parecer algo exagerados, no hay que olvidar que es la imaginación de Hoffmann la que los deforma, pues es él mismo quien relata los cuentos bajo una permanente influencia del alcohol. Así, si los cuatro personajes femeninos principales representan diferentes aristas de la idealización del protagonista, los cuatro villanos moldean un esquema similar, simbolizando en su perfil diabólico el propio impulso de la mente extraviada de Hoffmann hacia su autodestrucción. Si bien la ópera siempre dispone como primer cuento el relativo a Olymplia, los dos siguientes pueden variar de una versión a otra. Lugar: Auditorio. Hora: 20.30. Entrada: 18 y 12 euros.

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