El Ayuntamiento de Villaturiel acoge el convenio a tres bandas que pondrá en valor los restos
García-Prieto firma hoy el acuerdo para salvar la basílica de Marialba
La Fundación del Patrimonio aportará 750.000 euros y la Diputación de León, 105.000 euros
En 1968 y durante tres años de trabajos, los arqueólogos alemanes Hauschild y Schlunk, con el apoyo del entonces abad de San Isidoro, Antonio Viñayo, sacaban a la luz los restos de la que acabaría por desvelarse como la basílica paleocristiana más antigua de Europa. Era en Marialba de la Ribera, a pocos kilómetros de la capital leonesa, en el municipio de Villaturiel, justo en el mismo lugar conocido por los vecinos, desde antaño, con el muy exacto topónimo de la iglesia vieja . A pesar del extraordinario descubrimiento, han tenido que pasar nada menos que tres décadas para que las instituciones hayan decidido actuar y diseñar un plan exhaustivo de protección, divulgación y puesta en valor de estos vestigios -es la segunda basílica de este tipo más antigua del mundo después de una ubicada en Siria-. Paradójicamente, fue la capa de tierra que se echó encima del yacimiento tras ser excavado por los expertos alemanes la que acabó protegiendo el templo de saqueos y violencias meteorológicas. Pero el lugar acabó poblado de maleza y prácticamente sumido en el olvido. No obstante, gracias a los desvelos desinteresados de la asociación en favor del patrimonio leonés Pro Monumenta (al que el propio presidente de la Diputación ha mostrado en repetidas ocasiones su agradecimiento), la lucha en pro de Marialba continuó a pesar de la indiferencia institucional. En sucesivas facenderas -trabajo comunal típico de la región leonesa-, sus miembros han realizado distintas labores de limpieza y estudio del templo. Hoy, el Ayuntamiento de Villaturiel acoge la firma del convenio entre el alcalde, Valentín Martínez (PSOE), el presidente de la Diputación, Javier García Prieto (PP), y el presidente de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, el leonés Victorino González Ochoa, para proceder a la primera fase del plan para salvar la basílica, que incluye la cubrición y musealización de los restos. En este proyecto, la fundación (que agrupa a todas las cajas de ahorro de la comunidad, además de la Junta) aporta 750.000 euros, mientras que la Diputación colabora con 105.000 euros. En esta primera fase se construirá un edificio de estructura ligera que no afectará a los restos y que aprovechará la luz natural, según afirmó en su día el arquitecto encargado de la intervención, el leonés Melquiades Ranilla. De planta rectangular y siete metros de altura, se habilitará una serie de rampas en su interior para permitir la visita al templo martirial. Después llegará el momento de retirar la capa de tierra protectora y comprobar el estado de las ruinas de la sala, antesala, ábside, baptisterio, pórtico y edificios anexos. A continuación, en una segunda fase, se prevé construir un aula de interpretación anexa, encargada de exponer, estudiar y divulgar los hallazgos que se puedan realizar en el yacimiento.