Un incentivo para la zona
El alcalde de Villaturiel y los vecinos del municipio esperan que la recuperación de Marialba sirva para dinamiza una comarca cercana a la capital pero también marcada por la despoblación
El convenio dice textualmente que las actuaciones en Marialba servirán para «poner en valor el yacimiento», «hacer visitables las ruinas arqueológicas» y «consolidar una dotación expositiva y divulgativa». Esto, traducido a la lógica de una comarca rural como es la formada por las vegas bajas del Bernesga y el Porma, puede querer decir «dinamización turística y económica». En ello hicieron hincapié ayer tanto García-Prieto como Victorino González. El primero dijo que las obras «recuperarán un depósito cultural insólito en el patrimonio leonés y pondrá en marcha un foco de atracción turística cercano al Camino de Santiago». El segundo, además de asegurar que el presupuesto «no está cerrado», manifestó su deseo de que la creación de la zona musealizada y el aula arqueológica «suponga un empujón para toda la comarca». No perdió tampoco ocasión González para afirmar que la Fundación del Patrimonio actuará «allí donde estén este tipo de edificios», sin tener que hallarse, necesariamente, en las capitales y grandes ciudades. El presidente de la fundación se mostró muy satisfecho con una de las últimas actuaciones llevadas a cabo en la región leonesa -la restauración de la iglesia de Palat de Rey, la más antigua de la capital- y comentó que León ha sido muy beneficiada en últimas iniciativas de esta entidad. Carácter «plurianual» Acerca de las fechas y plazos, la arqueóloga de la Fundación del Patrimonio Zoa Escudero -quien, después de la firma, se encargó de explicar algunas características del yacimiento sobre el propio terreno- adelantó que las obras comenzarán en el 2007 y tendrán un carácter «plurianual» dada la complejidad de las mismas. No obstante, también dijo que empezarán a verse cosas «en el transcurso del año próximo». «El caso es que empiecen», comentó después Victorino González. El proyecto quiere, ante todo, proteger las ruinas, hacer posible su excavación a fondo y su estudio -ahora yacen bajo la capa de tierra que echaran encima los alemanes Hauschild y Schlunk tras sus trabajos en 1968-, así como conseguir que sean visitadas y «comprendidas». Dicen los expertos que, en el momento actual, «el abandono, el paso del tiempo, la suciedad y las condiciones climáticas han conducido al estado actual». La construcción de un edificio protector, con rampas en su interior, constituirá la primera medida, destinada tanto a hacer visitable la basílica como a permitir su excavación. En otra fase, con un presupuesto también de otros 700.000 euros, se levantará en las cercanías un aula arqueológica. La zona oculta otros enigmas, ya que se cree que en las cercanías existió una villa romana.