Cerrar

Mucho más que un concierto...

La doble velada que ofrecieron los alumnos de las clases magistrales de Eutherpe ha sido un éxito de público y un acierto artístico

Un momento del concierto de clausura de los cursos de Eutherpe

Publicado por
José Luis Téllez - león
León

Creado:

Actualizado:

La doble velada que este fin de semana clausuraba en el Auditorio la tercera edición de las Clases Magistrales de Piano y Dirección Orquestal para Jóvenes organizadas por la Fundación Eutherpe, no solamente ha supuesto un éxito de público y un acierto artístico: sin proponérselo, ha ofrecido un ejemplo de espectáculo musical tan alejado de los cánones convencionales como repleto de frescura y espontaneidad. Cuatro conciertos pianísticos de eso que suele denominarse «gran repertorio» (Mozart, Beethoven, Chopin y Liszt), servidos por pianistas que se alternaban en una misma obra o que repetían alguna de ellas, como sucedió con la de Liszt, escuchada hasta tres veces (¡dos de ellas en la misma noche!), pero siempre con la mayor estatura interpretativa. Dos maratonianas sesiones de sábado y domingo permitieron escuchar a nueve pianistas de excepcional nivel y a otros siete directores de orquesta que tampoco superaban la treintena y que en algún caso, como el del valenciano José Ramón Tébar, exhibían un dominio y una musicalidad que iban mucho más allá del simple conocimiento del oficio y, valga el ditirambo, muy por encima de lo mostrado a veces por ciertos nombres de campanillas. Es obvio que hubo fallos esporádicos y rudezas de sonido ocasionales, pero nada de ello empañaba la verdad incuestionable de la música ofrecida y el entusiasmo de que hicieron gala maestros y solistas, así como los componentes de la esforzada Orquesta Iuventas (la única no institucional de la recién creada Asociación Española de Orquestas Jóvenes), que ha prestado una colaboración impagable al desarrollo de un acontecimiento que, cabe suponer, también ha supuesto para ellos un valioso jalón en su propio aprendizaje. Las Clases Magistrales impartidas por figuras de rango internacional son trascendentales para los jóvenes intérpretes, y constituyen una fórmula que goza de creciente implantación: pero el modelo introducido por la Fundación Euterpe es de una productiva originalidad que carece de precedentes en España, al hacer trabajar en la más estrecha colaboración a jóvenes pianistas con jóvenes directores, anticipando lo que habrá de constituir un segmento importante de su futura práctica profesional, mostrando además ante el público el resultado de su trabajo. Bruno Aprea y Joaquín Achúcarro, directores del curso, han dado una lección de generosidad y entrega en la extenuante preparación de estas sesiones, pero el resultado bien lo ha merecido. La doble velada de clausura fue mucho más que un fin de curso, pero también mucho más que un concierto: una manifestación filarmónica henchida de verdadera música.

Cargando contenidos...