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La historia sacude el fantasma del 36

El experto en la Guerra Civil española defendió ayer en el curso que conmemora su 70 aniversario que «no había una revolución en marcha» que justificara el golpe de Franco Secundino Ser

Jesús

Publicado por
A. Gaitero - villablino
León

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Ni había una revolución en marcha, ni el asesinato de Calvo Sotelo, el 14 de julio de 1936, pueden usarse para justificar el golpe de Estado que acabó con la IIª República española el 18 de julio de 1936. Así lo defendió ayer en Villablino el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Santiago Aróstegui, en el curso de verano que conmemora la trágica efeméride con un repaso histórico a sus principales acontecimientos. Aróstegui señaló que ciertamente había en el país «desorden laboral», pero «no había una revolución en marcha y todo podía haber sido arreglado por vías democráticas», como de hecho sucedió en otros países europeos que, como Francia o Austria, también estaban inmersas en conflictos sociales. En cuanto al asesinato del político orensano, ministro de Hacienda entre 1925 y 1930, el historiador subrayó que cuando fue cometido este crimen, «el golpe ya estaba plenamente preparado». De hecho, la tesis de Aróstegui es que la sublevación «se empezó a gestar en el mismo mes de febrero de 1936 en que gana las elecciones el Frente Popular» y, es más, la República lo supo. El precedente de la sublevación del 32, en la que Sanjurjo fracasó, motivó que «pese a las muchísimas advertencias que se dieron al Gobierno de Casares Quiroga se descuidara seriamente el proceder» para evitarlo. Con todo, tras setenta años de la sublevación que lideró Franco entre otros militares, el historiador no se atrevió a asegurar que la detención del general Mola ?el cerebro de la operación? hubiera sido la solución. «Podía haber empeorado las cosas», reconoció. Aróstegui también desmintió la versión de que el accidente aéreo de Mola pudo ser provocado para despejar el camino a Franco. «Para entonces ?en 1937? Mola ya no tenía nada que hacer, Franco había tomado las riendas», precisó. «Es evidente que la República, con todos sus intentos reformistas, no pudo controlar la situación», reconoció finalmente el historiador para quien resulta «preocupante» que un 36% de la población vea justificado el golpe de Estado. «El fantasma no desaparece hasta hasta que se descubre», advirtió. En este sentido, recordó que Zapatero prometió en julio de 2004, en el primer consejo de Ministros, celebrado en León, rehabilitar a las víctimas «y dos años después no se ha hecho y lo poco que se ha hecho es totalmente equivocado». Aróstegui se refirió al decreto sobre excavaciones en fosas comunes de paseados de noviembre de 2005. «Con esta medida el Gobierno se lava las manos y da subvenciones a asociaciones privadas para un asunto de Estado que requiere medidas científicas y judiciales» y del que se excluye a universidades y a entidades públicas. En este sentido, alabó las iniciativas de comunidades como Cataluña y Andalucía. También denunció que los movimientos sociales de recuperación de la memoria histórica «tienen mucho voluntarismo pero quieren saber poco», hasta el punto de protagonizar «esperpentos» como la exhumación de restos de personas que eran agnósticas o ateas y son enterradas de nuevo con ritos religiosos. «Muchos fueron denunciados por los curas», recordó.

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