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Rescatan la memoria del guerrillero leonés «El Rojo de Valderas»

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efe | valladolid

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El escritor José Delfín Val, a través de una colaboración que publica en su último número la revista cultural Argaya , se pregunta por el lugar donde se encuentra enterrado el guerrillero realista Agustín Alonso, conocido por El Rojo de Valderas , cuya historia recuerda. Val, especializado en temas históricos y tradicionales, evoca en su trabajo las peripecias de Agustín Alonso Rubio, apodado El Rojo de Valderas por el color de su pelo y su lugar de nacimiento en ese municipio leonés de la Tierra de Campos. En esta comarca, que abarca poblaciones de León, Zamora, Palencia y Valladolid, estableció Alonso su teatro de operaciones guerrilleras durante el denominado Trienio Liberal (1820-1823), en favor de la restauración monárquica de Fernando VII, y en esa zona fue capturado, en 1823. La partida de El Rojo de Valderas se estimaba en medio centenar de monturas que, según las crónicas y recopilaciones históricas, exigía imposiciones de dudosa legalidad hasta que un destacamento militar del Regimiento de Farnesio, con sede en Valladolid, detuvo al cabecilla con el asesoramiento topográfico de dos milicianos. A garrote vil en Valladolid Fue a la salida de Revilla de Collazos (Palencia), a una treintena de kilómetros al sur de Cervera de Pisuerga, y posteriormente conducido a Valladolid, donde fue juzgado y condenado a garrote vil, sentencia que se ejecutó en el Alto de San Isidro, en Valladolid, por el orden constitucionalista. Todo ello lo cuenta José Delfín Val en su evocación, quien también recuerda cómo a los cinco meses de su sepultura, los restos del guerrillero fueron exhumados de un lugar próximo a la ermita de San Isidro, y conducido en procesión hasta la iglesia de San Andrés en la capital vallisoletana, donde fue nuevamente enterrado. El escritor se pregunta si realmente se encuentran allí los huesos de El Rojo , ya que no existe en ese lugar ningún indicio o documento escrito, y esgrime como único testimonio la referencia en este sentido que Matías Sangrador hizo en su célebre Historia de Valladolid , de 1854. La revista cultural Argaya , editada por la Diputación de Valladolid, también aborda otros asuntos en su último número.