| Entrevista | César Antonio Molina |
«La demanda del español es ingente»
Califica a León de ciudad «muy querida» y recalca la rapidez con la que el instituto se está extendiendo por todo el mundo
Buen conocedor de la capital leonesa, defensor a ultranza de la protección de las lenguas -de todas, «aunque sean habladas por una sola persona», dice- y entusiasmado con la marcha del Instituto Cervantes, que dirige desde el 2004, el coruñés César Antonio Molina llegó ayer a León acompañado de los más de 50 directores de centros del Cervantes repartidos por todo el mundo. -¿Cómo explicaríamos al hombre de la calle lo que van a hacer ustedes durante estos cuatro días en León? -Nosotros tenemos a casi todo nuestro personal trabajando en el extranjero, en países donde pasan años, algunos gran parte de sus vidas. Por eso instauré el año pasado estas reuniones anuales que sirven para que todos estos responsables retornen a su origen, sean conscientes de la realidad española, que es además lo que han de explicar en sus centros. -De todos los asuntos que van a debatir aquí, ¿cuáles, por su importancia, destacaría? -La extensión del Instituto Cervantes por todo el mundo y la rapidez con que esta operación se está llevando a cabo. Debemos saber cuáles son las circunstancias en las que se desarrolla el trabajo y la vida cotidiana en lugares lejanos, en Asia, por ejemplo, en países que han permanecido un poco ajenos a nuestra existencia. Hay que hablar sobre cómo nos adaptaremos y desarrollaremos en estos nuevos espacios. -¿Hay algún centro, en concreto, que os haya sorprendido por su vitalidad o su éxito? -La verdad es que todos funcionan muy bien. Sus directores son gente de gran dedicación y de mucha experiencia. -¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta, hoy, el Institututo Cervantes? -El principal: la demanda tan grande que tenemos de alumnos, el reto es precisamente el de poder atender a una demanda que yo calificaría de ingente. El problema, pues, no es el de que no tengamos alumnos, sino todo lo contrario, el de cómo podemos atenderlos con los medios a nuestro alcance. Es cierto que algunos centros nos parecen más «exóticos» que otros, como los de Moscú, El Cairo o Pekín, que es el último que hemos abierto; pero todos, todos, tienen ese mismo problema. -¿Cuáles serán los nuevos centros del Cervantes? -A finales de año abriremos cuatro nuevos en Brasil (Curitiba, Brasilia, Porto Belo y Salvador) que se suman a los dos que ya existen en Sao Paulo y Río. Para el año que viene les tocará el turno a Nueva Delhi, Tokio, Seúl, Sidney y Shanghai. -Desde el punto de vista de las pequeñas lenguas, como el leonés, ¿ve necesaria la protección lingüística institucional? -Para mí, una lengua es como la Catedral de León: hay que cuidarla, limpiarla, rehabilitarla... y no hay lenguas pequeñas ni grandes. Todas son una creación de la Humanidad y hay que protegerlas, aunque las hable una sola persona. Ya se han perdido demasiadas cosas en el mundo. -¿Conoce León? -Mucho, porque era mi ciudad de paso hacia La Coruña. Tengo grandes amigos aquí. Visito a Gamoneda y, cuando estaban aquí, también a Merino y a Mateo Díez. Me es una ciudad muy querida. «Las lenguas no son ni grandes ni pequeñas. Todas son una creación de la Humanidad» CÉSAR ANTONIO MOLINA Director del Instituto Cervantes