Las fosas del franquismo, destapadas esta noche en «Documentos TV»
Se calcula que alrededor de 800 fosas comunes de la Guerra Civil y la posguerra permanecen diseminadas por todo el territorio español. La dictadura franquista y el posterior pacto de silencio acordado durante la Transición han impedido hasta ahora exhumar los restos. Documentos TV estrena hoy en La 2 el reportaje Las fosas del olvido , trabajo que pone de manifiesto que algunas de las heridas de la contienda están aún sin cerrar y que más de 30.000 personas, la mayoría del bando republicano, permanecen enterradas en las cunetas y los montes de España. Las cámaras muestran cómo han sido las propias familias las que han conseguido reabrir estas fosas. El documental recoge las historias de familiares de desaparecidos y asesinados durante la Guerra Civil, empeñados en recuperar los restos de sus seres queridos. Es el caso de Recas, un pequeño pueblo de Toledo, o de Olmedillo de Roa, provincia de Burgos, donde el 7 de septiembre de 1936 se arrojaron los cuerpos sin vida de ocho vecinos de un pueblo de Palencia. Difíciles de situar Situar con exactitud las fosas no es una tarea fácil. Puede que se conozca el lugar preciso, pero los cambios ocurridos en el entorno retrasan su localización. Una vez delimitada la fosa, se retira la tierra, sin tocar los restos, y después se señala cada uno de los individuos, así como los objetos personales que puedan aparecer. Las excavaciones son llevadas a cabo por un equipo científico integrado por arqueólogos y antropólogos, que prestan una ayuda desinteresada en su tiempo libre. Además, la colaboración de las familias de los asesinados es fundamental para el estudio anatómico y la identificación de los restos. En último caso, la identidad de los cuerpos hallados en las fosas se puede confirmar mediante el análisis del ADN. Las fosas del olvido se acerca también al frente del Ebro, la última gran resistencia militar de la República Española y el último escenario donde combatieron las Brigadas Internacionales. Cuatro meses de lucha encarnizada entre julio y noviembre de 1938 dejaron 120.000 muertos y heridos por ambos bandos. Muchos de los cadáveres fueron enterrados en fosas comunes que aún no se han descubierto o que aún no se han excavado.