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El fotógrafo estadounidense tomó 40.000 imágenes entre 1900 y 1913

Los indios americanos de Edward S. Curtis toman la sala Provincia

El Instituto Leonés de Cultura presenta una exposición sobre la vida y la cultura de veinte tribus nativas

Imagen de la presentación, ayer en la Diputación, de la muestra

Publicado por
Marcelino Cuevas - león
León

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Los indios americanos le llamaban «cazador de sombras» y eso era el fotógrafo estadounidense Edward Sheriff Curtis (1868-1952), quien, entre 1900 y 1930, viajó desde México al Ártico y desde las Rocosas al Pacífico para reflejar en imágenes fotográficas a veinte tribus indias en trance de desaparición. Durante su periplo viajero, este pionero de la fotografía registró más de 40.000 placas, de las que 2.000 fueron publicadas en varios volúmenes y como láminas sueltas. En ellas el artista intentó captar especialmente los elementos espirituales y folclóricos de un pueblo en trance de desaparición, así como el espacio natural en el que se desarrollaba su existencia. Ahora, la sala Provincia del Instituto Leonés de Cultura presenta una magna exposición, patrocinada por Caja Duero, en la que pueden verse 83 fotografías de este artista, pertenecientes a la colección de Christopher G. Cardozo. La exposición se completa con la proyección de un documental de 12 minutos que ofrece una selección de las imágenes que el propio Curtis grabó hacia 1914. Presentó la muestra el comisario de la misma, Tod Brandow, quien explico cómo el fotógrafo «entregó su vida al proyecto, divorciándose de su mujer y acabando completamente arruinado, a pesar de haber contado con en beneplácito del presidente de los Estados Unidos y el patrocinio del Morgan, el hombre más rico de América en aquellos años». Cultura abocada a su ocaso Edward S. Curtis realizó veinte libros gráficos, uno por cada una de las grandes tribus que documentó. «Su motivación principal -explicó el comisario de la muestra- fue la seguridad de que la civilización precolombina en el norte de América estaba destinada a una irremediable desaparición. De cualquier manera, la figura de Curtis plantea una contradicción que nos parece de enorme actualidad en lo referente al acercamiento entre las diferentes culturas. Aunque Curtis se propuso hacer un trabajo sistemático de investigación, a menudo las contradicciones entre aquello que veía y lo que quería ver, entre su tradición, su formación y las nuevas experiencias, así como su vocación por la belleza y por una idea romántica de lo mítico, no se lo permitieron. Al margen de la magnitud estética de sus obras, esta exposición es también la historia de una obsesión, de una voluntad irreducible. La historia de una vasta empresa y de un gran legado reunido a pesar de los muchos inconvenientes que el artista tuvo que soportar». Instantes especiales Dos momentos fueron para el fotógrafo especialmente importantes, el contemplar la Danza del Sol de los indios «pies negros» en 1900 y participar en la Sociedad de la Serpiente de los hopi, en 1906, fragmentos del universo mítico de los indios a los que solamente tenían acceso algunos iniciados. La exposición permanecerá abierta durante los meses de julio y agosto y alrededor de la misma se ha programado una serie de talleres dirigidos especialmente a los niños con actividades lúdicas para aproximarlos, de forma sencilla, al mundo de la fotografía en general y al de la atractiva y sugenrente cultura de los indios de Norteamérica en particular. Horario: de 10.00 a 14.00 y de 15.00 a 21.00, sábados y domingos de 12.00 a 15.00. En la calle Puerta de la Reina, 1.

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