Luces, cámara... ¡acción!

«¡Silencio, se rueda!», los actores representaron la historia tal como estaba escrita, los extras y personal de infraestructuras no movían ni un pelo y se preocupaban de que los viandantes, que siempre colaboraron, no se hicieran notar. Después de casi cuatro días de rodaje, a las ocho de la tarde del pasado jueves, todo el personal que rodeaba la película arrancó en aplausos y, unánimemente, todos sonrieron satisfechos por el trabajo efectuado. El director, Jaime Rosales, y los actores principales, Juan Margallo y Sonia Almarcha, resoplaron y buscaron una sombra para descansar y combatir las altas temperaturas del verano. La soledad , el título de la película que dirige Jaime Rosales y una de cuyas partes se ha rodado en la zona de Sabero-Cistierna, cuenta la historia de dos mujeres: una, Isabela (capítulo que se rueda en la vivienda de arquitectura tradicional de la familia García), vive en un pueblo pero se marcha a la ciudad con un niño pequeño, concretamente a Madrid, para empezar una nueva vida. Ya en la gran urbe sufrirá una tragedia -que no desveló el director-, a partir de la cual tendrá que recomponer su vida. La otra historia es la de Antonia, una señora que tiene un supermercado y tres hijas mayores. Aunque hasta ese momento reina la armonía, ésta se rompe a causa de un conflicto familiar que se une a un pequeño problema económico relacionado con un piso. Todo ello envenena la relación entre la familia. Cuestión de acentos Jaime Rosales puso de manifiesto que la idea primitiva era dar el mismo peso a una historia que a la otra y que eligió la zona de Sabero-Cistierna porque quería roda en un pueblo la historia de Adela, descartando Cataluña, el sur de España, el País Vasco y Galicia, por una cuestión de acentos lingüísticos. Entonces, prosigue Rosales, queríamos rodar en un pueblo lejos de la gran ciudad, hacía la meseta. Primero pensé en Burgos y luego en León. Cuando escribí la historia, la productora, María José Díez, natural de Cistierna y que veranea en Riaño, me apuntó la idea de rodar en la zona, enseñándome fotos que me impresionaron. Cuando llegué a Sabero aprecié que el pueblo era exactamente lo que me había imaginado al escribir la historia. Así, el rodaje de la película La soledad se ha llevado a cabo en los montes de la localidad de Sotillos de Sabero, la vivienda de la familia García, en Sabero, que por su arquitectura popular reunía las condiciones ideales para la historia, y el municipio cercano de Cistierna. El director, Jaime Rosales, destacó las facilidades que les ofrecieron desde el Consistorio Municipal y la implicación de los vecinos, que la valoró de forma extraordinaria. Tanto es así que una gran parte del personal que participa en la película le transmitió la idea de rodarla íntegramente en la zona. La finalización del rodaje está a la espera de completar una semana por nuestra provincia y cinco en Madrid, estando previsto el estreno para después del verano del 2007.