«Intento resolver cuestiones vitales a través de los cuentos»

Manuel Ferrero López del Moral es un joven cuentacuentos que escribe por la «pasión de contar». Con sus historias pretende resolver cuestiones vitales, ya que opina que los cuentos son una necesidad humana. Su primer trabajo publicado es El cordero conquistador , obra narrada con un lenguaje cuidado pero cercano a los niños a su vez. Manuel Ferrero comparte su éxito con Rubén Mielgo, antiguo amigo e ilustrador de su cuento que tuvo la original idea de convertir todos los dibujos en hinchables simulados. El escritor leonés, que comienza su relato con un pequeño fragmento de Gloria Fuertes, ya trabaja en su próximo cuento, que titulará La historia del gallo Quiquiño. Con la posibilidad de realizar múltiples lecturas, sus libros se dirigen especialmente los niños. -¿Por qué un cordero? -La verdad es que hay cuentos que surgen de la nada, por casualidad. Unos a partir de una frase bonita, otros gracias a un bello final... El cordero conquistador empezó como un juego que fue creciendo hasta que al final surgió un final contundente. Se trata de una adaptación, cercana para los niños, una especie de condensación del original que es más lírico. -Todo cuento tiene su moraleja... -Sí y no. Siempre me ha parecido algo peligroso en materia educativa, porque se puede convertir en adoctrinamiento. La moraleja puede ser una reflexión moral, pero tiene que ser abierta. El final de mi cuento te hace pensar en muchas cosas pero no te dice como te tienes que comportar, el niño lo tiene que sacar por sí mismo, se trata de una estructura que te lleva a lo inconsciente. El cordero es la imagen del niño; quiere ser el rey, que le den cariño y que le presten atención, pero también debe saber que es uno más. Va encontrando en su paso por el mundo obstáculos y problemas que son los lobos del cuento. -¿Por qué decidió dedicarse a escribir cuentos infantiles? -Me di cuenta que son una necesidad humana. Todos necesitamos historias en nuestra vida cotidiana. Yo tenía la necesidad de escribir, de ver la realidad de otra manera y se me ocurrió escribir un libro para todas las edades pero que llegara especialmente a los niños. Deseche la idea de hacerlo con un lenguaje simplista, aunque los niños ni entiendan alguna palabra o parte de su significado lo van descubriendo con la edad o a través de las imágenes. Es un libro que cuenta con muchas lecturas. -¿La narración está basada en algún hecho o historia concreta? -Realmente la historia es un intento de resolver cuestiones vitales, yo lo hago a través de los cuentos. Son una ayuda para salir de la ignorancia. -¿A partir de que edad es recomendable que se lea este cuento? -En teoría a los seis o siete años ya se puede leer, aunque es un cuento contable para cualquier edad, teniendo en cuenta que deberá haber un parte explicativa, sustituyendo quizás alguna palabra compleja y enseñando los dibujos. -Su escritor/ a leonés/ a favorito/ a -Antonio Gamoneda. -El amor constante todo puede lograrlo, ¿se necesita algún ingrediente más? -Valentía, ternura, querer salir de la ignorancia y aceptar los fracasos de la vida. -¿De quién fue la idea de convertir los dibujos en hinchables? -De Rubén Mielgo. -¿Cómo surgió todo? -Rubén y yo somos amigos de siempre, y tras muchos años sin vernos nos encontramos de casualidad en la calle. Él me dijo que si tenía algún cuento que se lo pasara cuanto antes. -¿Le resulta más sencillo expresar sus historias y dar vida a sus cuentos a través de animales? -En este caso sí, se trata de una personificación. Que los animales hablen provoca una inquietud humana y el desarrollo de la fantasía. Como decía Rodorín, titiritero, hay que recurrir mucho más a lo simbólico para desarrollar ese tipo de sentimiento simbólico o figurado en el niño. Conseguir ver lo extraño como normal y lo normal como extraño. -Ya que el cuento va dirigido especialmente a los niños, ¿es preferible que se lo lea un adulto o que lo hagan por ellos mismos? -Depende de la edad... No sé de que manera es más preferible. también depende del niño. La verdad es que son positivas las dos cosas. Es aconsejable una primera lectura con un adulto al lado, y luego que el niño ya vaya indagando e imaginando cuando lo lea solo. Estoy acostumbrado a contar El cordero conquistador en colegios, casas de cultura, etcétera, y tanteo como funciona la historia contada pero aún no he recibido pistas de cómo funciona la misma historia escrita. De lo que sí estoy seguro es de que el acercamiento es bastante fácil, pues, como ya comentaba, donde no llega la palabra llega la imagen. -¿Ve la posibilidad de que sus personajes se conviertan en dibujos animados o son sólo personajes para relatos escritos? -Lo veo posible pero poco probable. Si algún día llegasen a la televisión me gustaría que respetasen el enfoque de la historia. No escribo por una cuestión económica, trato de buscar algo hermoso y bello, de tocar el corazón. -¿Tiene algún proyecto entre manos en este momento? -Tengo muchos cuentos, uno de ellos, que ya está preparado, es La historia del gallo Quiquiño , que cuenta la historia de cómo un gallo de la Vecilla que gastaba muchas bromas pesadas acabó convertido en la veleta de la iglesia de San Isidoro.