Avan J: «En León tenemos todos los medios necesarios, no hace falta irse»

Es uno de los músicos más sólidos y reconocidos del panorama musical leonés. Avan J, alter-ego artístico de Jesús Nava, ofrecerá tres conciertos en las próximas fechas, en una mini-gira que le llevará a diversos puntos de la provincia, para presentar su tercer y último trabajo discográfico, Jardín encantado . Un álbum en el que se aprecia la evolución artística del inspirado compositor de trabajos como Sonidos en la noche o El llanto de la sirena . «He querido que fuera un poco más rítmico y creo que lo he conseguido, hay medios tiempos y sigue habiendo muchos contrastes, se mezclan guitarras rabiosas, como digo yo, con la dulzura y suavidad de la flauta». La instrumentación vuelve a ser protagonista de una colección de temas, con títulos como Diálogos , Entre los árboles , Luna llena , Desde el recuerdo o Marcha de las ninfas , en los que destaca la voz solista de la soprano Araceli Mena. Grabado en los estudios leoneses Music Center con la colaboración de músicos como Sergio Santos (bajo), José López (batería), Daniel Rojas (percusión), Sergio Fernández (flauta), Ruth de Juan (oboe) o Fernando Cuesta (guitarra española y acústica), Jardín encantado demuestra que se puede lograr una excelente producción musical sin necesidad de buscar otros horizontes. «Perfectamente -dice el artista-. De hecho, si grabo aquí, aparte de buscar mi comodidad y el ahorro, ya sabes que esto es todo muy caro, es porque sé que no pierdo ni un mínimo de calidad. Podría incluso grabarse con orquesta, un sueño que tengo y espero realizar algún día, tenemos los medios necesarios en León, no hace falta irse fuera». Un proceso, no obstante, que sigue requiriendo muchas horas de esfuerzo y concentración. «Muchísimas..., en principio en el estudio que tengo en casa, haciendo la maqueta, porque cuando llego a la grabación tengo las cosas muy claras y sé lo que quiero, llevo todo perfilado en cuestión de sonido y producción. Luego, en el estudio de grabación trabajo con los músicos, dejándoles un poco de libertad pero sin salirse de la idea que llevo preconcebida, no es lo mismo hacerlo en plan «midi», que podría hacerlo en mi casa, que en acústico. Son muchas horas porque lo que buscamos es un disco redondo (risas), en todos los sentidos, no sólo en el formato, que suene bien, que tenga calidad, que pueda competir a nivel técnico y musical con cualquier disco que esté en el mercado. Eso requiere mucho tiempo». Vocación universal A medio camino entre la música sinfónica y la new age , la propuesta musical de Jesús trasciende fronteras y usos sociales para enmarcarse en un sensible territorio de sentimientos y poesía con vocación universal. «Llevo muchos años en esto, es muy difícil salir adelante y más todavía con este tipo de música, soy consciente de ello, evidentemente, pero tengo confianza en ella porque a medida que está pasando el tiempo la gente me está dando la razón y está gustando. No tengo grandes pretensiones, sólo quiero que llegue y guste a la gente, que llegue a más público». Se define a sí mismo como melancólico, «me surgen mejores ideas en la tristeza que en la euforia», asegura que necesita componer casi a modo de terapia, «el día a día me inspira, lo bueno y lo malo», y tiene claro que su mayor recompensa la encuentra sobre un escenario, «crear es bonito, pero el aplauso del público es el mayor aliciente. Sean los que sean me dejo la piel, toque para quince o para quinientas personas, su reconocimiento te toca muy directamente». Una experiencia que vivirá de nuevo hoy en Villimer y luego en Villahibiera y La Bañeza. «He hecho un grupo más reducido para sitios más pequeños, pero la idea es que la flauta la toque un flautista, que no la toque yo con un sintetizador, que sea todo acústico, no llevamos nada programado».