«En la televisión haces las cosas muy rápido, muy intuitivamente»

La oportunidad le ha llegado a Javier Cifrián de la mano de Fernando Colomo, que le eligió para protagonizar El Próximo Oriente antes de que aquél formara parte del elenco de Agitación + IVA . Con este espacio de humor alternativo, que sustituye en verano a Camera Café en Telecinco, el actor cántabro, que ya colaboró en Aquí no hay quien viva , Hospital Central o Cuéntame cómo pasó , se ha consolidado en televisión. En esta primera película, rodada en el barrio madrileño de Lavapiés, interpreta a Caín, un gordito bonachón -tuvo que engordar 15 kilos- que se enamora Aisha, una inmigrante bengalí a la que su hermano Abel ha dejado embarazada. -¿Se pensó mucho aceptar el papel? -No tuve ninguna duda porque Caín es el ideal humano para las chicas y el mejor amigo para los hombres. Es sorprendente que en el siglo XXI una persona hipoteque su vida para que una familia inmigrante sea feliz. -Incluso se convierte al Islam. -Sí, aunque no sabe lo que hace. No quise ir con Fernando a ver a los imanes y a visitar las mezquitas, porque quería estar como el personaje, virgen, para que el público se sorprenda lo mismo que me sorprendí yo. -«El Próximo Oriente» apuesta por la integración. -Esa es la idea. En España han convivido las tres religiones en paz durante siglos. Es lógico que muchas personas quieran salir de su país para mejorar sus condiciones de vida. Yo, en su misma situación, también lo haría. -Acaba de estrenarse la película, y ya tiene varios proyectos en la mesa. -Sí. También he notado que ahora me llaman para hacer pruebas. He conseguido mi primera meta porque he hecho un trabajo completo del que estoy muy satisfecho. -Puede utilizar su popularidad para que le suban el sueldo en televisión, ¿no? -No estaría mal. Estaremos en parrilla hasta mediados de octubre. Agitación +IVA va bien, tiene una cuota de pantalla media del 22%. La verdad es que me apetece cambiar porque, después de haber hecho la película, me he dado cuenta de lo importante que es tener tiempo para preparar el trabajo. Me han dado 50 folios para que me los aprendiera de un día para otro, y hacer siete sketches diarios. En el cine tienes conciencia de lo que haces, mientras que en televisión no sabes lo que estás dando, haces las cosas más intuitivamente. -Lleva casi un año y medio en «Agitación +I VA» ¿piensa aparcar la televisión? -No he utilizado la tele como trampolín para el cine. Por la cuenta que te trae, la televisión es donde más se aprende, es un medio en el que, te sepas o no el papel, tienes que resolver. A veces, el guión del programa cambia cuarto de hora antes de grabar, y salimos adelante porque esa es la frescura que tiene Agitación ... -Usted llegó al programa por medio de un cásting, ¿verdad? -Sí. Yo había hecho con la productora Pausoka una espacio de cámara oculta en Telemadrid. Me llamaron e hicimos un piloto para Telecinco, de los 31 actores que estuvimos, sólo nos cogieron a tres. -Y en este tiempo ¿no le han hecho propuestas? -Sí, para hacer series, pero no he podido porque tengo contrato de exclusividad. -Para «El Próximo Oriente» ¿ha echado mano de la televisión? -He utilizado una metodología distinta. En el programa hay que jugar, mientras que en el filme el trabajo es más realista. Si me ha servido para reaccionar con rapidez y poder improvisar porque en la tele, cuando te equivocas, paras y retomas sin que corten. Lo importante es saber qué haces y para qué público. -¿Se fija en las audiencias? -Mucho, mucho. Hemos estado dos veces a punto de no renovar, pero gracias al público, seguimos. Sustituimos a Camera café en Navidad porque tuvimos un 26%. -También le preocupará la respuesta del público con «El Próximo Oriente». -Menos, porque estoy tranquilo y orgulloso de lo que he hecho. -Rechazó una serie y una comedia desenfadada ¿por qué? -Me apetece interpretar, dar un estilo y color a un personaje de trascendencia. Quiero contar buenas historias. Aspiro a poder hacer reír y llorar en trabajos como El hijo de la novia y Vientos de agua , una serie maravillosa.