Un cometa que produce clarividencia, telequinesia y una fuerza desmesurada Irrepetibles Evitando compromisos sentimentales España ante Lituania en cuartos Título cuerpo 35 2 líneas género Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Títulodfh shisdf

En diciembre pasado, Antena 3 hizo pleno al emitir en dos entregas los cinco capítulos de la miniserie Los 4400 , producida por American Zoetrope, de Francis Ford Coppola. Consiguió una media de cinco millones de espectadores. Vista en su país el 11 de julio de 2004, el éxito de crítica y público obligó a Zoetrope a producir una segunda entrega pese a haber cerrado su trama con la miniserie. Sin embargo, los guionistas la convirtieron en serie y su éxito se confirmó en Estados Unidos, y ya trabajan en una tercera temporada. La segunda comenzará a emitirla Antena 3 el día 12, acompañando a los partidos de la Liga de Campeones. Como aperitivo, entre hoy y la próxima semana, reemite la miniserie original. Un cometa se dirige hacia la Tierra, pero reduce la velocidad y aterriza sobre un lago del noroeste Pacífico. 4400 personas emergen de una cegadora luz blanca. Ninguno recuerda lo ocurrido y algunos de ellos regresan poseyendo habilidades sobrenaturales como la clarividencia, la telequinesia o una fuerza desmesurada. De investigar lo ocurrido se ocupa la agencia federal NTAC (Comité de Evaluación de Amenazas Nacionales), encabezada por el agente Tom Baldwin (Joel Gretsch) y la biomédica Diana Skouris (Jackeline McKenzie). La Sexta ha dedicado amplio espacio en su programación a los espectáculos cómicos de corte clásico, derivados del Club de la comedia . Entre Irrepetibles y Club de Flo o DAC hay una buena oferta de humor que sin duda tiene su público y que, en términos generales, no carece de calidad. Uno tiene la impresión de que estas son las cosas que Emilio Aragón hace para divertirse, lo cual no es un reproche, sino todo lo contrario. Además, confieren a la cadena una personalidad que, por lo que se va viendo, no logra conquistar con otros productos. Estos espectáculos recuperan lo más vivo del café-cómico: un escenario, un tipo con gracia (solo o en compañía de otros), un texto saleroso, un público entregado El resultado siempre es grato, a poco que los cómicos sepan mantenerse dentro de los límites del decoro, que, por otro lado, en este género suelen ser elásticos. Hace pocos días, por ejemplo, estaba Pepe Viyuela como protagonista. Emilio Aragón se mantenía al piano como maestro de ceremonias y, completando cuadrilla, los habituales del programa. ¿No es una buena oferta? Lo era. Uno se sentaba en la butaca, veía las muecas de Viyuela, sonreía con las cosas de Miqui Nadal, mucho buen rollete, mucha gansada inofensiva, un par de «gags» con pimienta Buena sesión, sí, hasta que pasaban diez minutos. En ese momento, cada minuto más de programa empezaba a hacerse pesado, premioso, difícil. No difícil para los cómicos, que visiblemente se lo estaban pasando bomba, pero sí difícil para el espectador, sometido a un ritmo de acontecimientos completamente ajeno al «tempo» habitual de la televisión. Otros diez minutos después, el dedo se iba solo al botón de zapear, con unas ganas irreprimibles de cambiar de cadena; cuando llegaba la publicidad, la catarata de anuncios se recibía casi con alivio. Hace falta una fidelidad muy intensa hacia un cómico para aguantar todo ese tiempo pegado a la pantalla, para permanecer atado a una propuesta que, por así decirlo, «ya no se lleva». La televisión es un medio que ha creado su propio lenguaje, su propia atmósfera, sus propias maneras. Ese lenguaje atiende cada vez más a la imagen y cada vez menos a la palabra, y esta evolución se intensifica cada año que pasa. Ante una corriente así, los espectáculos basados en la palabra pierden vigencia a toda velocidad; quedan confinados en espacios minoritarios, para un público limitado. Eso pasa con la palabra reflexiva, como ha ocurrido en el género del debate, que ya sólo puede concebirse como tertulia. Y pasa también en la palabra cómica, que ya no se sostiene sin la imagen humorística. Eso es lo que le falla a estos Irrepetibles de La Sexta; son vestigio de una televisión de otro tiempo. Los telespectadores tendremos la oportunidad de disfrutar con tres horas y pico de la serie Fuera de control , para mostrar las numerosas peripecias que afectan a varios personajes de la cadena. Eduardo, el director, contrata a una más que eficiente ejecutiva para rentabilizar Directo 24 . Sonia rompe con Jesús y toma el ejemplo de Diego, que no es otro que evitar futuros compromisos. Después del palizón a los hasta ahora campeones mundiales Serbia y Montenegro, Gasol, Calderón, Navarro, Garbajosa y el resto, deberán sacar de en medio a la poderosa Lituania para tocar ese oro que muchos le anticipan con permiso de sus rivales, naturalmente. Si lo hace, el cambio horario y la escasa impantación de La Sexta, ya no serán hándicap para mejorar audiencias. Texto Texto Texto Texto TEXTO