¿Dónde está el arqueólogo?
SE LO pregunté al alcalde el día de la celebración del Natalicio de las Águilas, hace ya casi tres meses, en el acto en el cual Junta y Ayuntamiento dieron un nuevo impulso a la futura ruta romana de León. «¿Contará la ruta con un arqueólogo?», requerí. «Ese es, desde luego, nuestro propósito». Y es que parece de sentido común que una infraestructura cultural que debe tanto a la labor profesional que durante años han desarrollado los arqueólogos en las excavaciones de la ciudad cuente con uno de ellos para el desarrollo de su programa. Sin embargo, y de momento, si bien ya están designados los arquitectos, nada sabemos del historiador que el Ayuntamiento ha designado para esta labor. Como me mueve la buena intención y no soy mal pensada, estoy segura de que se impedirá por todos los medios que los arquitectos «fusilen» cual colegiales el trabajo que la arqueología ha desenterrado en los últimos diez años llevándose con ello la gloria y los pecunios. Dejando aparte la buena educación y los mejores principios, creo que, de ser así, la ruta romana nacería coja.