| Entrevista | Fernándo Urdiales |
«Si la Junta no amplía sus ayudas habrá que echar a muchos actores»
El fundador y director del Teatro Corsario, Fernándo Urdiales, prepara su próximo trabajo, «Los locos de Valencia», de Lope, para el 25 aniversario de la compañía
Director y actor de teatro, Fernándo Urdiales -quién se autoconsidera un hombre de «doble nacionalidad entre León y Valladolid»- lleva más de 25 años encima de los escenarios haciendo lo que más le gusta. Enamorado desde siempre de la interpretación, su dedicación profesional al teatro se consolidó con la formación del Teatro Corsario (1981), del que es fundador. Desde 1990 se especializa en el teatro clásico del Siglo de Oro español. En la actualidad, el Teatro Corsario constituye una de las compañías de repertorio clásico más reconocidas en el panorama nacional. -Usted es médico... ¿Por qué se dedica al mundo del teatro? -Me dediqué al teatro antes que a la medicina. Desde niño me apasionaba este mundo, pero antes no estaba bien visto ser actor, así que tuve que elegir una carrera. Ejercí medicina seis años, pero compaginando siempre mi profesión con el teatro. Llegó un momento en el que comprendí que para conseguir resultados en la interpretación debía dedicarme completamente a ella; tiré la toalla de la medicina y ya llevo 25 años haciendo teatro. -¿Cómo se encuentra la situación actual del teatro en la comunidad? -Bueno, eso depende del punto de vista. En líneas generales yo creo que la comunidad muestra bastante interés en las redes de teatros públicas y privadas. En ese aspecto se está revitalizando, está creciendo el interés y la asistencia a las obras por parte del público, lo que ha conseguido la consolidación de proyectos como la Feria de Ciudad Rodrigo y el Teatro clásico de Olmedo. -¿Opina que se están consolidando también las compañías teatrales? -Sí, y no sólo en el aspecto económico. Se están creando centros estables de producción para compañías residentes con lo que se está consiguiendo un mayor asentamiento. El teatro sale poco a poco de su crisis, en la medida en que se capten nuevos públicos, ya que los jóvenes no están interesados en él. El trabajo de difusión es algo fundamental para la captación de nuevos los públicos. -¿Obtiene el teatro una buena financiación? -Bueno, creo que sí. Las instituciones públicas tienen una política coherente. Aunque también es cierto que existen menos recursos para los eventos de la propia comunidad, el dinero público no se gasta en ellos -lo que conseguiría que se asentasen y realizasen buenos proyectos- si no que se traen compañías de fuera. -¿Qué tal es la financiación que recibe el Teatro Corsario de la Junta de Castilla y León? -Sí, la Junta nos financia y también el Ministerio, pero con esas aportaciones no nos llega. No vivimos de esas ayudas, sino de lo que nosotros conseguimos con nustro esfuerzo, aunque son necesarias. Una compañía de teatro tiene muchos gastos, especialmente la nuestra, Teatro Corsario, que está formada por más de veinte personas a las que hay que mantener y dar de alta en la Seguridad Social, por ejemplo. -Ayudas insuficientes... -Sí, son insuficientes. O hechamos a la mitad de la gente a la calle (y nosotros necesitamos un número elevado de profesionales) o si no no sé que solución nos queda porque no amortizamos nuestro trabajo. Estamos a la espera de que la situación se regule, somos una compañía que ha apostado un determinado tipo de espectáculos y eso no va a cambiar. -«La barraca» de Colón, ¿es su último proyecto? -Es la última obra que hemos llevado a escena. La compañía tiene una sección de títeres para adultos y pronto estrenará Aullidos . Para el próximo 25 aniversario del Teatro Corsario dirigiré Los locos de Valencia , de Lope de Vega. -¿Por qué opta por el teatro clásico? -Porque nos va bien así. Empecé muy tarde a conocerlo. En la juventud uno rechaza lo propio y busca lo ajeno. Durante el franquismo parecía que los cásicos como Calderón de la Barca y Lope de Vega formaban parte de ese gobierno, y los jóvenes huíamos. Nos atraían más otros autores prohíbidos por aquel entonces. Más tarde, cuando los leí conocí la belleza de sus obras y la necesidad que tenía de ellos. Me enganché. -¿Ha pensado en hacer otro tipo de teatro? -La mayor parte de mis obras son cásicas, pero no exclusivamente. Antes de comenzar con La barraca hice una adapatación de una obra de Luis Mateo Díez. Pero es cierto que se nos conoce como una compañía de teatro clásico. -¿Existen buenos actores en la comunidad? -Creo que sí. Existen momentos mejores, de muy buena creación y trabajo, y peores para todo el mundo, pero en general hay un buen nivel. Lo malo es que las nuevas generaciones salen de las escuelas y se tiene que marchar de la comunidad porque no tienen donde trabajar. -¿Qué medidas debe tomar la Junta de Castilla y León? -La Junta se tiene que plantear que a partir de octubre empezará a impartir clases una escuela superior de teatro en Valladolid con un nivel muy alto. Deben crecer los circuitos y la difusión teatral, crearse lugares de trabajo para estos nuevos actores y que no tengan que abandonar la comunidad... Promocionar el teatro e impulsar las ideas nuevas. -¿Cuál es el premio que ha recibido con más ilusión? -He tenido bastantes premios a lo largo de mi trayectoria, pero el más importante para mí y el que más aprecio de todos ellos es el Premio de las Artes de Castilla y León