Diario de León

| Las recomendaciones de hoy | EL INVENTO DEL MALIGNO CINE | LA 2 | 22.30 | 02.15 TURNO DE GUARDIA | LA SEXTA | 01.30 ANTENA 3 EL TRAIDOR | CUATRO | 22.45 | Las recomendaciones de hoy | PROGRAMA | CADENA | HORA PROGRAMA | CADENA | HORA PROGRAMA | CADENA

Noche de cine español, con Gracia Querejeta, Giménez Rico y Fons Selección Bomberos, médicos y policíasAdiós a un concurso entresospechosos Título cuerpo 35 2 líneas género Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Títulodfh shisdfiudfi sifsdifis

Publicado por
JOSÉ JAVIER ESPARZA Miguel Anxo Fernández Miguel Anxo Fernández XXXXXXXXXX
León

Creado:

Actualizado:

Una de las convenciones asumidas con vergonzante normalidad, es que el cine español en televisión es cosa de La 2. Como si el resto de cadenas se pasaran por su arco del triunfo a la producción propia, con un desprecio casi insultante. Es más, en el fondo le cuelgan el cine español a La 2 (y se prefiere, a TVE) como si de un muerto se tratara... Peor todavía son las consecuencias de tal desidia colectiva: al público le importa un comino su propio cine. Salta a la vista con las exiguas cifras de audiencia, que encima en La 2 son ínfimas pese a su apuesta por una incuestionable oferta de calidad y dignidad. Sin embargo, a nadie parece importarle y es el producto «made in Hollywood» (casi todo de calidad ínfima o deleznable), el que logra las mejores cifras. Así las cosas, como si de un acto militante se tratara, La 2 se marca esta noche un triple más que aceptable desde las 22.30, con casi seis horas de producto español. Casualmente dos de los filmes, Cuando vuelvas a mi lado (Gracia Querejeta) y Hotel Danubio (Giménez Rico), fueron rodados en buena parte en exteriores gallegos. El tercero, La busca (Angelino Fons) es un pequeño clásico del cine español de los sesenta. En medio se cuela Así se hizo... Arena en los bolsillos, sobre el rodaje de la película que hoy se estrena en las pantallas comerciales. No es ni mucho menos una necesidad universalmente sentida, pero, tras el batacazo de la selección española de fútbol ante Irlanda del Norte, que confirma la evidencia del último mundial, quizá sería bueno replantearse el exceso de atención que nuestros canales dedican al balompié, ¿no? Somos la pera en baloncesto, tenis, balonmano, ciclismo y hasta en Fórmula 1, amén de otros deportes de no menor mérito, mientras que en fútbol caminamos de fracaso en calamidad. Pero mucho más del cincuenta por ciento de la programación deportiva de la tele, globalmente hablando, se dedica al fútbol, y la proporción aumenta cuando se trata de la selección nacional. Es incongruente. En realidad, el fútbol se beneficia de tres factores que parece difícil extirpar. Uno: no deja de ser el deporte popular tradicional, el que todo el mundo practica (o imita) desde su más tierna infancia. Dos: si bien la selección naufraga, los equipos españoles, aun plagados de extranjeros, dominan las competiciones internacionales. Tres: el fútbol se beneficia, en mayor medida que ningún otro deporte, del «efecto opio del pueblo». No sólo narcotiza, sino que crea adicción y trastorna el sentido de la realidad. Hace unos días nos permitíamos aquí un divertimento bobón sobre Liechtenstein a propósito del partido entre ese país y la selección española. Del comentario podía deducirse -con acierto- algún desdén hacia las virtudes futbolísticas de Liechtenstein y, por tanto, hacia el mérito de la victoria española. Bastó esa pequeña sombra de duda sobre nuestros héroes futboleros para que un lector, visiblemente irritado, me enviara un mensaje -imprecatorio, faltaría más- elogiando la calidad balompédica de Liechtenstein. Algo malo pasa en torno al fútbol cuando la gente es capaz de ponerse en ridículo de esta manera. Pero es justamente esa adicción, propiamente maniática, la que hace que el fútbol sobreviva como «deporte-rey». Lo que está pasando con la selección es para no creérselo. La actitud de la afición hacia la selección española de fútbol recuerda a esas damiselas tan enamoradas, tan enamoradas, que siempre están dispuestas a comprender y disculpar las clamorosas infidelidades de su amado. Parte de culpa en el engaño hay que atribuírselo a la tele, por supuesto: ante cada partido se despliega un bombardeo promocional tan intenso y triunfalista que es casi imposible sustraerse a su efecto hipnótico. Pero no se trata sólo de la tele: si a alguna cadena se le ocurriera adoptar un actitud nítidamente crítica hacia la selección española de fútbol, nadie dude que anchos sectores de la afición se sentirían muy molestos. No es sólo el dinero que la Federación pone encima de la mesa; es también la pasión de la gente, esa ciega damisela enamorada. Producida al mejor estilo de la ficción televisiva, Turno de guardia muestra a un grupo de hombres y mujeres que sirven a su ciudad desde los cuerpos de policía, bomberos y paramédicos. En el capítulo de hoy, una mujer y sus dos hijos quedan atrapados en el incendio de un hotel. Después de rescatarlos y llevarlos a un hospital, la policía descubre que hay algo más. Cuatro parece que superó sus expectativas con relación a El traidor, concurso que en diez semanas de sospechas y eliminaciones, y tras duras pruebas por toda la geografía andaluza, por fin desvelará la identidad del infiltrado entre los tres finalistas. Luis Larrodera presenta esta última gala y Sergio Muñiz hace el seguimiento de las pruebas finales. Texto Texto Texto Texto TEXTO

tracking