Cinco años después, documental en torno a la foto «El hombre del aire» GH At. Madrid-Valencia, de nuevo la Liga Crono individual Cuenca-Cuenca Título cuerpo 35 2 líneas género Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Títulodfh shisdfiudfi sifsdi

Imposible olvidar la foto con uno de los ocupantes del World Trade Center cayendo al vacío aquel 11 de septiembre del 2001, cuando las Torres Gemelas se convirtieron en escombros y... en historia. Aquella imagen, con la silueta del suicida congelada con el perfil del edificio desde el que se arrojó a un lado, asomó a los periódicos de todo el mundo. En aquellos minutos, en las horas y en los días posteriores, hubo más imágenes de igual dramatismo, que de alguna manera provocaron que aquella se olvidara... Sobre ella va el documental El hombre del aire ( The falling man ), que Darlow Smithson produjo para Channel 4. Smithson y su equipo se interesaron por la identidad y la historia de aquel suicida, y la de otros muchos «saltadores» del 11 de septiembre. También sigue la pista del fotógrafo que la inmortalizó con riesgo de su propia vida. Además se ocupa de los ciudadanos que repudiaron aquella instantánea. Será el primero de los tres documentales que Cuatro emitirá hasta el lunes 11 en memoria de aquella tragedia provocada por el terrorismo islámico. Con el genérico 11-S: Cinco años atrás , además de El hombre del aire , se emitirá la tvmovie La célula de Hamburgo , y el documental 11-S producido por la BBC y que se dará simultáneamente con otras televisiones de todo el mundo. Vuelve la tónica normal del curso y, con ella, las grandes citas de la competencia televisiva. El jueves suele ser noche de combate de elefantes, porque tocan Gran hermano y Cuéntame . Es verdad que la sorpresa, de momento, la dio Antena 3 con la entrevista a Natasha Kanpush -excelente argumento-, esa chica secuestrada durante años. Y Cuéntame , por su parte, sigue con el precalentamiento, causando el mayor desconsuelo entre la afición. Pero Gran hermano no faltó a la convocatoria, y así tuvimos esta semana la apertura oficial de la inevitable temporada del «reality-show» por antonomasia. Salvo que todos nos hayamos equivocado al contar, esta es la octava (¡octava!) edición del concurso. España es ya -qué honor, ¿verdad?- el país de Europa y quién sabe si del mundo donde más éxito ha tenido Gran hermano . Cualquier observador extranjero, como aquellos que se estilaban hace cincuenta u ochenta años, no tardaría en tomar pie en el suceso para engordar los tópicos sobre España y los españoles: país de cotillas, pues Gran hermano no tiene más aliciente que la curiosidad sobre la intimidad ajena; país, también, de vagos recalcitrantes, pues la actividad de los concursantes consiste en no hacer nada. En ese sentido -y sólo en ese- puede seguir defendiéndose que Gran hermano sea un «experimento sociológico», después de que la rutina televisiva y la explotación comercial hayan privado al programa de cualquier atisbo de espontaneidad, de cualquier pretensión de «vida en directo». Quedémonos con ese dato de las ocho temporadas seguidas en pantalla y no le regateemos el menor mérito: he aquí un programa que parece pensado para el público español. No faltará quien diga que Gran hermano ha perdido gas, que la gente ya no lo sigue como antes. De hecho, el de esta edición ha sido el arranque más flojo de las ocho, con 3,8 millones de espectadores. Y sí, todo eso es verdad, pero también lo es que la otra noche había delante de la pantalla nada menos que el 30,6% de la audiencia, un tercio del país telespectador, pendiente del circo eterno de Mercedes Milá, que esta vez venía, además, con vaquilla y todo, como en el Grand Prix de Ramón. Los creadores de Gran hermano son, sin duda, conscientes de esa expectación y también de lo que el público espera. Por eso cada temporada acentúan más los rasgos del «casting» y seleccionan a los concursantes con arreglo a criterios cada vez más tópicos, hasta dar con un ramillete de sujetos que parecen parodias de otras tantas categorías sociales: el paleto atómico, la supermegapija de la muerte, el pedante malvado, etc. Es, en efecto lo que «la gente» quiere: un gran guiñol de la vida real. Ya lo tienen aquí, un año más. Con La Sexta alardeando de derechos sobre la Liga de fútbol española, esta noche toca el encuentro Atlético Madrid-Valencia. Excelente oportunidad para los colchoneros de afianzarse como uno de los grandes de esta temporada. Las cifras de audiencia ya no serán como las que eran, pero es lo que hay. En principio, en Galicia todavía no veremos la Liga en gallego... Serán 32,2 km para una contrarreloj individual Cuenca-Cuenca en la que los velocistas intentarán arañar algunos segundos y mejorar su posición en la clasificación general. El ciclista español Alejandro Valverde, líder, deberá aprovechar sus cualidades para distanciarse de sus competidores y consolidarse como máximo aspirante al triunfo en la Vuelta a España 2006. Texto Texto Texto Texto TEXTO