«La pesadilla de Darwin», concríticas a las autoridades de Tanzania Ella Ayudando a los padres con sus hijos Guatemala: las heridas abiertas

Regresa a La 2 el espacio Documenta 2 que incluye un coloquio entorno al tema provocado por el documental seleccionado. Esta noche toca el turno al tan excelente como modélico La pesadilla de Darwin, coproducción entre Francia, Austria, Canadá, Finlandia y Suecia, que realizó Hubert Sauper en 2005, con limitados medios y grandes dosis de riesgo por ser su contenido muy duro hacia las autoridades de Tanzania. Arranca este muy recomendable documental en la década de los 60 cuando fue introducida con carácter experimental en el lago Victoria, la llamada perca del Nilo, que finalmente resultó ser un voraz depredador que arrasó con todas las especies autóctonas de este gigantesco lago. Actualmente sus filetes se exportan a todo el mundo y enormes aviones de carga procedentes de la antigua Unión Soviética llegan a diario para recoger los últimos cargamentos de pesca. A cambio, descargan kalashnikovs y munición para las innumerables guerras que tienen lugar en la parte central del continente africano. Más dramático todavía es que los habitantes tienen prohibida su pesca y deben alimentarse de sus desperdicios. De propina, con los restos de los embalajes, los niños tanzanos fabrican una especie de droga¿ Dicen que el paso del tiempo lo convierte todo en autobiografía. Este servidor comenzó hace dieciséis años a hacer crítica de televisión. Por entonces brillaba en la pantalla una estrella llamada Ana Obregón. Pues bien: ¿Adivina usted quién estrenaba serie la otra noche? ¡Ana Obregón! La capacidad de supervivencia de Ana Obregón es prodigiosa, casi sobrenatural; es como si conviviéramos con un vestigio inmortal de los grandes saurios, dicho sea con toda caballerosidad y salvando las distancias. Lo nuevo de Ana se llama Ellas y el sexo débil . Esta nueva serie arranca de un supuesto argumental terrorífico, sobrecogedor, mil veces más inquietante que las tramas de Los 4.400 o Expediente X , casi propio de una novela de Stephen King: Ana Obregón llega a la presidencia del Gobierno. No, no os alarméis, ciudadanos: en realidad no es ella, sino su personaje, Carla, una supermegapija con título (nobiliario) que se ve empujada por el destino, sacrificada heroína, a una cruzada reivindicativa en defensa de la mujer. El hecho de que todo sea ficción amortigua la pesadilla, pero sólo hasta cierto punto. Así, la primera escena nos muestra a la insólita presidenta demorando el trámite de la entrega de poderes para romper a escribir su diario, cosa que sólo se le puede ocurrir a Ana Obregón. El tal diario hace figura de narración de la historia. No es un recurso particularmente audaz, pero sirve para que conozcamos ya el final aunque retiren la serie de la parrilla. Por lo demás, el relato es de una simplicidad extrema: varias mujeres muy sufridas, todas ellas decepcionadas por unos hombres muy, pero que muy miserables, se ven reunidas por el azar en un frente común de combate. Usted no ignora que la guerra de sexos es un tema recurrente de la sociología contemporánea. En ese marco, Ellas y el sexo débil es la versión más burda posible del fenómeno. El guión está salpicado de situaciones extremadamente tópicas, diálogos tan elementales que parecen imposibles y unas pretensiones de crítica social que se quedan en fuegos de artificio por su enorme superficialidad. Por supuesto, la protagonista absoluta es la propia Obregón, que absorbe cámara con la voracidad de una esponja. Tampoco se nos ahorra la afición de la protagonista por exhibir lencería, extraño tic que se repite obsesivamente en los productos de la doña y que, a fuerza de reiteración, una ya sólo puede interpretar como amortización manifiesta de los gastos de cirugía. Lo más alentador del estreno es que su audiencia fue muy baja: unos 2,7 millones de espectadores, sólo un 16,1% de share . Eso indica que no todo está perdido. En España, quiero decir. Vuelve Rocío Ramos-Paúl con su segunda temporada como Supernnany , la especialista que ayuda a los padres a educar a sus niños. Se anuncia con algunas novedades y algunas sorpresas. En esta primera entrega, Supernanny ayuda a Gloria, una niña de seis años con una fantasía desbordante que utiliza la mentira continuamente y cuyos padres no saben qué hacer ante su rebeldía. En Portada realiza en este trabajo un balance de una década marcada por luces y muchas sombras. Después de la firma del acuerdo final de paz, las heridas siguen abiertas. Guatemala aún busca y entierra a las víctimas de un conflicto que se cebó en las comunidades indígenas. Pese a todo, el pueblo tiene la esperanza de una Guatemala más justa y libre.