Una plataforma permitirá «subir» alas vidrieras desde el 15 de diciembre

El 15 de diciembre las vidrieras se podrán casi «tocar». Una plataforma de 200 metros cuadrados, colocada de lado a lado de la nave central, permitirá contempla de cerca durante un año las vidrieras del triforio y el gran rosetón que filtra la luz de la fachada principal de la Catedral. Desde una altura de quince metros, el público tendrá «una visión insólita» de los vitrales, según Enrique Sáiz Martín, director general de Patrimonio de la Junta. La instalación de este espectacular «estrado», al que podrán acceder grupos de 40 personas en intervalos de media hora -para evitar largas colas-, era adoptada ayer por la Comisión de seguimiento y control del convenio para la restauración del templo, en la que participan miembros del Cabildo y de las dos instituciones que financian las obras, Junta y Caja España. El gigantesco andamio, «gemelo» al instalado en agosto en el presbiterio para restaurar las vidrieras de esa zona, y al que se accederá por la escalera de la torre, ofrecerá una perspectiva inédita de la basílica, con una proximidad a ciertos elementos que ha sido imposible e impensable hasta la fecha. La idea parece inspirada en la restauración «en directo» efectuada en la catedral de Vitoria, donde el público podía seguir de cerca el avance de las obras desde un complejo sistema de andamios. Y es que la mayor partida de los 4,6 millones de euros que invertirán la Junta y Caja España en la Catedral en cuatro años se destina precisamente a promocionar el templo; nada menos que 1,4 millones. Sáiz Martín afirmó que el proyecto de restauración se transforma a partir de ahora en un proyecto cultural, al que han bautizado como El sueño de la luz; un título que destaca uno de los elementos que distinguen a la Catedral de León de las otras diez de la comunidad y del resto de España y que da continuidad a la exposición El sueño de la razón , organizada por Caja España con motivo del centenario de la magna rehabilitación efectuada en el templo gótico a finales del siglo XIX. La comisión tripartita -Caja España, Junta y Cabildo- prepara otras sorpresas, como permitir el acceso del público al triforio del templo o, pasados unos meses, trasladar la plataforma desde el hastial de poniente hasta las vidrieras recién restauradas.